El Hombre Feliz

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Un pueblo, más allá de su imaginación, donde la gente es bondadosa y amable, los vecinos tiernos y joviales, pero de entre todos hay una persona que sobresale sobre las demás.

Él es Jimmy, el panadero del pueblo, ya desde hace muchos años que él heredó su panadería de su padre, nunca fue más productiva y con mayor éxito que con Jimmy, el sabia como hacer que la gente babee con las cosas que preparaba. Era respetado y querido por todo el pueblo, más allá de su labor ya que se decía que él era la persona mas feliz y amable, nadie podía evitar sentirse contento al escuchar su voz y no podian no invitarlo cuando se hacia alguna celebración.

Un dia tranquilo como cualquier otro el pueblo, el sol brillaba cálidamente, no demasiado para llegar a tener calor y tan poco para salir abrigado. Jimmy salía de su horario habitual de la panadería, pero en vez de dirigirse hacia su casa como sería de costumbre, toma otro camino, se dirige al bazar.

-Buenas tardes Joe, es un hermoso dia ¿no lo crees?

-Claro que si Jimmy, ¿que vienes buscando?

-Un palo de amasar, el que tenia se rompio....

-¿Mucho trabajo en la panadería?

Joe se agacha en el mostrador buscando el palo de amasar entre los artículos que tiene allí abajo.

-Si... demasiado diria yo.

El dueño del bazar sale de debajo del mostrador con un palo de amasar nuevo.

-Aqui esta, serian $10.

-Ten Joe, muchas gracias.

-Adios

-Hasta luego...

Jimmy camina hacia la casa, no eran muchas cuadras, serán dos desde la panadería y cuatro desde el bazar, hoy peculiarmente va caminando mas rápido de lo normal, como si estuviera ansioso de llegar, o apurado por hacer algo. Esto no evita que se salude con toda persona con la que se cruzara, pero dentro de si estaba inquieto....

Ya queda solo una cuadra y los pasos de Jimmy se aceleran un poco más. LLega a la casa y con un rápido movimiento de manos abre la puerta y la cierra en el menor tiempo posible. su casa era normal, una chimenea que por el clima estaba apagada y sin uso desde hace algunos meses, un sofá bastante cómodo a la vista, una mesa con dos sillas al costado, que resulta extraño ya que él no vive con nadie desde hace años, las paredes tapizadas por un papel de un amarillo opaco.

Jimmy tras entrar a su casa procedió a beber un poco de agua , se veía serio, ya no tenía su sonrisa grande y cálida que suele tener, luego de terminar de tomar un gran trago de agua fresca procedió a agarrar el palo de amasar que acababa de comprar y con él se dirigió hasta hasta el pasillo de su casa, con el que conecta a su habitación, el baño y una escalera hacia el sótano.

Tomo rumbo hacia el sótano, los peldaños de madera rechinaban con cada pisada de Jimmy, una vieja puerta de madera se alzaba al final de las escaleras que, tras llegar allí, la abre con una llave.

Tras la puerta, la mas horrible escena jamás imaginada, una mujer encadenada a las paredes de ladrillo del sótano, esta se encontraba solo vestida con una harapienta bombacha, tenía todo el cuerpo lleno de golpes y cortadas que dejaban un charco de sangre bajo la chica, está también estaba amordazada y con mucho esfuerzo logró moverse apenas en un intento desesperado de salir cuando lo vio a Jimmy.

-El otro palo no lo dejaste durar tanto.... se fue rompiendo al mismo tiempo que los huesos de tus piernas y tus costillas..... espero.... que este... dure hasta que acabe contigo.....

El hombre felizWhere stories live. Discover now