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Me metieron en una especie de jaula ovalada atada a un carromato volador. Ya había asimilado los pegasos, pero aún no sabia cómo reaccionaría al volver a volar. La mujer se subió al carromato, seguida de dos guardianas que se sentaron a sus respectivos lados y tres guardia delante de él. Al lado de mi jaula había una plataforma circular con una barra, una raramente parecida a una barra de "estriptis". Antes de que me subieran a la plataforma esta empezara a levitar, llamaron a un guardia de más para que se posicionara en la plataforma al lado de mi jaula. ¡I adivinad a quien pusieron en la dichosa plataforma! ¿Pues a quien iba a ser? A Mathew.
Aquí, es este mundo, Mathew tenía plumas azul claro y oscuro, en degradado, por los lados de la cara y una parte de los brazos. Tenía el ojo izquierdo de un azul intenso, muy oscuro y el derecho azul clarito. Detrás de él, en su espalda, había un par de alas gigantes, pero perfectas a su medida, la izquierda azul clarito y la derecha azul oscuro.
El muy desgraciado no se atrevió a mirarme a la cara, así que decidí ignorarlo yo también.
-Cógete fuerte.-Me advirtió cuando empezábamos a volar.
No le contesté nada, ni siquiera me cogí más fuerte. Le di mi hermosa espalda y saqué los pies por las rejillas de la jaula.
-Y querrás sacar los pies de allí cuando aterricemos.- Me dijo Mathew.
-Cállate.-Le espeté yo. Entonces caí en la cuenta de que a lo mejor ese no era el Mathew de mi mundo y solo había sido la confusión del momento o tenían rasgos parecidos.
-Yo de ti no trataría a alguien tan mal, te recuerdo que puedo hacer que te caigas para abajo.- me amenazó. Me giré hacia él y lo miré de arriba a abajo, era un copia emplumada de lo poco que había visto a Mathew, tenía que ser él. Así que me puse como reto saber si de verdad venía de mi mundo.
-Cállate Mathew.
-Cállate tu Leila.
-Así que si eres tu, ¿verdad? Tu eres el Mathew con el que me choque mi primer día de insti por las escaleras.
Mathew se quedó callado unos segundos.
-Te han salido unas plumas de más.-Le chinche, enfurecida sobre que a pesar de que me conocía, aunque fueran de unas breves ocasiones, se había limitado a atarme a un poste en cuanto me vio y a comer delante de mí cuando estaba hambrienta.
-Mira Leila, estoy más sorprendido que tu al verte en este mundo, ¿vale?- Me dijo al ver mi cara de furia.
-Ya... claro.- Le dije mientras me volvía a dar la vuelta.
-Leila, enserio, ¿Que querías que hiciese?
Muchas cosas, pensé. Seguramente había algún dibujo o fotografía de mí flotando por ese sitio, así que debería haber visto mi cara y avisarme en el instituto o por lo menos darme un poco de agua o no amenazarme como había hecho hacía unos segundos.
-Nada.-Le mentí.
Mathew soltó una risa seca y me dijo que no podría haber hecho nada. Yo le devolví un silencio sepulcral.
A lo largo del trayecto, Mathew emplumado intentó hacer que yo hablase, pero no consiguió nada. Resopló unas ochenta veces cada vez que no le contestaba y unas tres más antes de rendirse.

Ya casí al final del trayecto, saqué las piernas de la verja de la jaula y me giré hacía Mathew. Él me miró mientras las plumas de su cara se abrían levemente, como si estuvieran esperanzadas.

-¿Que es este mundo?-Le pregunté.

Mathew soltó un suspiro indignado, como si no se lo creyese y no me contesto nada. Pero al cabo de un rato, el cual me había pasado mirándole directamente a los ojos, me dijo:

-¿Quieres que te explique mi historia?- Me lo pensé un momento y asentí con la cabeza. Mathew sonrió y empezó a contarme su vida.

-Le añadiré algunos datos para que me puedas seguir.- dijo con una sonrisa-
"Yo nací en el mundo Tierra, de donde vienes tu, en el pueblo que te acabas de mudar. Mis padres vienen de este mundo, Nalia. Mi madre es mestiza y padre un volador. De ahí viene mi aspecto, plumas pequeñas por la cara y brazos por mi madre y estas alas por mi padre. Pero de donde viene mi aspecto no creo que te importe mucho. Deberías saber que conozco la existencia de este mundo dese que tengo uso de la razón, y escondo mi verdadero aspecto bajo un hechizo que me puso el palacio mayor. Es verdad, tu no conoces nuestra... monarquía. Por decirlo de alguna manera, tenemos tres Shin, un Shin es el gobernador total, un rey para ti. El Shin mayor lo controla todo... como te lo diria? Su palabra es ley, literalmente. Después está el Shin segundo, que hace de mano derecha del Shin mayor, lo llamamos Shinse. Por ultimo esta el Shin menor, que se encarga de todo lo demás, de las cárceles, el ejército y la guardia Shi. Creo que la cárcel y el ejército ya sabes lo que es, ¿no? Bueno, la guardia Shi seguro que no. Pues, por decirlo de alguna manera, yo soy parte de la guardia Shi. La guardia Shi somos los encargados de poner orden, hacer misiones y servir al reino. Estamos tenemos dos posiciones. Sheo, guardia o guerrero/a y Shinee, capitana o persona al mando. Yo aún soy Sheo. Bueno, creo que ya te he contado lo suficiente como para que te sitúes aquí. Después otra diferencia son las diferencias especies que viven aquí. En total son siete especies diferentes. La primera son los Tours, tienen cuernos en la cabeza y son muy, muy fuertes. Después están los voladores, como mi padre, esos son los que tienen alas, de cualquier tipo. Entonces están los aqua, esos son los que tienen extremidades disenyadas perfectamente para nadar o vivir bajo el agua. Después los neto, esos son medio felinos, tienen garras, orejas de felino en vez de las normales y bigotes que les salen de las mejillas, son muy, muy astutos. También están los escagon, esos tienen escamas por todo o casi todo el cuerpo y algunos también tienen alas. Entonces están los mestizos, como mi madre, esos son cualquier especie convinada con un humano. Y por último están los..."

-¡Sheo Mathew, prepara para aterrizar!- gritó un compañero suyo desde el carromato.

-¡Si!¡Sheo Doirn!- le respondió Mathew mientras se levantaba y sacudía sus alas.

-¿Cual es la última especie?-Le pregunté intrigada. Mathew me miró divertido.

-¡La tuya!- me dijo burlonamente.

-¿La mía? ¿Los humanos?- Mathewsoltó una carcajada.

-No, no, no, ¡los magos tonta! ¿Esque no as visto las marcas en tu cara? ¡Eres una maga Invernal! Puede que las ultimas que queden.- dijo él muy satisfecho.

"Espera... ¿Que?"

Leila & LailaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora