31.

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A la mañana siguiente desperté por los molestos rayos de luz que entraban por la ventana de la habitación, frote mis ojos y me puse de pie. Entré al baño, lave mi rostro y cepille mis dientes. Me miré al espejo observandome detenidamente, miré a Harry entrar y rodearme la cintura con sus enormes brazos, levanto la camisa hasta mis pechos.

-Demonos una ducha juntos.-Dijo y yo no respondí, termino de quitarme la camisa y el resto de la pijama. Él hizo lo mismo, dejó que el agua recorriera su cuerpo.

Lo único que yo hacía era mirarlo a los ojos, más bien, estaba contemplando su bello rostro angelical, lástima que solo era una fachada. Cambiamos de lugar y ahora el agua recorría por todo mi cuerpo y me cabello largo, sus manos viajaron hasta mi rostro, bajaron a mis hombros y finalmente a mis pechos, los apretó ligeramente. Sus manos tomaron el jabón liquido de hombre que él usaba y lo puso en mis manos. Coloqué un poco del líquido en mis manos, lo frote y lleve mis palmas a su pecho, hacia circulos y movia mis manos de su pecho a sus hombros creando algo de espuma. Harry no era musculoso, pero tenía una maldita fuerza como de dos hombres musculosos. Finalmente dejo que el agua limpiara el rastro de jabón en su cuerpo. Él hizo lo mismo que yo hice con él. Se acercó a mi cuello y dejo besos que erizaron mi piel. Sus besos subierom a mi mandíbula y finalmente terminaron en mi boca. Harry besó mi frente y salió de la ducha.

Maldición, ¿qué fue eso?
Cuando termine de ducharme por mi propia cuenta, salí y busque ropa comoda. Bajé a la cocina y un plato con el desayuno estaba sobre la mesa junto a una nota.

"Espero te guste lo que preparé yo mismo, ten un buen día.
StylesXX"

Mi ceño se frunció, todo esto era algo raro. Harry nunca fue así de amable jamás. Hasta incluso me daba miedo saber que era parte de algún plan. O sea, la última vez que me tragué sus mentiras termine en las afueras de la ciudad. Quién sabe, quizás ahora terminaría en un internado en Rusia porque su carrera es más importante.
De todas formas desayune lo que había hecho. Limpié la casa y arreglé las cosas de Harry. Me senté en el sillón y mire algo de televisión, la puerta se abrió dejando ver a Carlos quien me sonrió calidamente.

-El señor Harry, pregunta si necesitas algo.-suspire y negué.
-Estoy bien, gracias.
-Bien, dijo que necesita hablar contigo después del trabajo.
-Genial.

Carlos se marchó y me dejo sola.
MALDICIÓN.
No quería hablar con Harry, ni hoy, ni mañana, ni nunca, no me gusta el tipo de conversación que Harry hace. Siempre busca una excusa para golpearme, o violarme, o discutir.
Estaba tan nerviosa que limpié  unas tres veces más la casa, volví a ordenar las cosas de Harry. Maldita sea, como me ponía de mal este hombre.

Después de unas, justamente a las 3 de la tarde, Harry estaba cruzando la puerta me miró y yo temble.

-Vamos a la habitación.
-Aquí estamos bien, ¿no?
-No, vamos a la maldita habitación. 

Obedeci, y subí junto a él a la habitación. Cerró la puerta y con desespero peino su cabello.

-¿Qué pasa?
-Pasa que mamá y Gemma quieren venir a vernos.
-Oh, ¿Y eso ésta mal?
-Leah, mirate nada más como estas de jodida.-Dijo y bufo.-Diran que te maltrato.
-Les diremos que me asaltaron.
-Leah, mi madre no es estúpida.-Harry volteó los ojos.-Esto es culpa del hijo de puta de Nick.
-Harry, con maquillaje podre ocultar algunos golpes.
-¡Necesito que los ocultes todos!
-¿Por qué te importa tanto que tu madre me vea así?
-Eso ya no importa.
-Déjame ayudarte...
-Sí, empieza por irte a colocar un kilo de maquillaje.
-Harry, tal vez para cuando esten aquí los golpes ya no estén. 
-Leah, estarán aquí a las 8 y van a quedarse mínimo una semana.
-Bien tal vez así dejas de golpearme.
-Eso pasará cuando dejes de ser una zorra.

Dicho esto se largo.
Suspire, al mejos no me golpeó. Espere a que fueran las 5 para arreglarme y recibir a Anne y Gemma. Me cubri los golpes tan bien que incluso pareciera que mi esposo no me maltrata.

Harry llegó nuevamente a las 7 pm, traía unos panesillos. Se miraba muy nervioso. Me miró de reojo y sonrió.

-Te ves bien.
-Gracias.-sonreí.
-Lamento lo de está tarde yo...estoy algo nervioso y...-el timbre de la puerta lo interrumpió.
-Creo que ya llegaron.-Dije y Harry negó, corrió a la puerta, cuando regresó mire a mi padre con una botella de vino en su mano.
-Hola cariño.-Dijo y me sonrió.
-Te dije que no quería verte.
-Leah, por favor.-Harry bufó.

B E A S T. /hs (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora