10.

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A la mañana siguiente, desperté abrazada.
Sus enormes manos cubrían la mayor parte de mi pecho. Intente levantarme pero me era imposible y despertar a Harry después de estar muy ebrio es el peor error humano qué hay.

Así que opte por dormir más. Cuando desperté ya no estaba. Así que me levante y me di una ducha, salí del baño desnuda y me mire al espejo. Era increíblemente triste lo mal que se miraba mi cuerpo, estaba lleno de golpes y chupetones.
Estaba más delgada y eso hacía que mi clavícula empezara a notarse aún más.

Tal vez Harry no tiene la culpa, él es así porque soy fea. O porque no soy lo suficiente para él, o peor aún, no lo merezco.
Ni naciendo mil veces merecía a este hombre. Estaba completamente hipnotizada viéndome desnuda al espejo, me asuste cuando lo escuché raspar su garganta.

Iba a cubrirme, pero me di cuenta de que él era el culpable quizás. Así que me di vuelta y lo miré.

-Busca algo de ropa, vamos a salir.-Dijo y se largo.

Obedecí a lo que dijo y busque algo casual, cuando baje me miro por un rato pequeño, su mirada siempre se encontraba en el suelo rápidamente. Salimos de casa. 

No tenía la menor idea de a donde nos dirigíamos, pero preferiría no preguntar. Me sorprendí cuando miré el hospital y me atreví a preguntarle.

-¿Qué hacemos aquí?
-No estás bien de salud.
-Estoy bien.
-No, estas tan mal que el asco que sentías al mirarte en ese espejo desnuda, lo sentí yo. Eso no está nada bien.
-Se supone que deberías de alentarme.
-Lo hago, ¿quieres dejar de odiarte a ti misma y que yo sienta lo mismo? Entonces entra conmigo.
-¿Qué si no quiero?
-Sabes que me encantan los desafíos y más si puedo hacer que entres a ese maldito hospital a las malas.
-¿Cuando has hecho algo por las buenas?
-Lo estoy haciendo  ahora, no colmes mi paciencia.

Bajamos del auto y entramos al hospital, el doctor era amigo de Harry por lo tanto nos atendió rápido. Me dio algunas pastillas y charlas sobre la anorexia cosa que me pareció demasiado exagerado.

Volvimos a casa, tome mis pastillas y me senté en el sofá junto a Harry.
Mire sus manos, y recordé como admiraba cada parte de él cuando apenas era una niña.

Lo mucho que me gustaba mirar sus ojos verdes mirarme con amor, me encantaba su sonrisa y los hoyuelos que se formaban cuando sonreía. La manera en que sus manos jugaban con su hermoso cabello ondulado y como relamía sus delgados labios rosas .

Recuerdo como solía amarlo tal y como era. Claro que no tenía idea de la Bestia en qué se convertiría. Me pregunté mil veces en ese mismo instante como pude haberme enamorado de él con tal solo escuchar palabras lindas salir de su boca.

¿Cómo me enamore a base de mentiras?

Era triste y trágica la manera en la que me había enredado, pero no hay nadie a quien culpar, yo sola me metí en esto.
Mire de reojo sus fracciones, su mandíbula estaba apretada y sus manos resaltaban las venas que lo adornaban.

-Saldremos hoy.-Finalmente habló. Lo miré y seguí escuchando.-Compre un vestido nuevo para ti. Espero no hayan problemas hoy.-Se levanto y antes de que se marchara tome su mano.
-Harry, yo no lo provoqué. Te lo juro.-Mire sus ojos, a estos no parecían importarle que estuviera cayéndome a pedazos.
-Ya no importa.-Se zafo de mi agarre de un tirón y subió las escaleras con rapidez.

Me estaba empezando a dar por vencida, intentar que este hombre me amara de verdad era lo más difícil que había hecho jamás.

Subí las escaleras y entré a la habitación, miré el vestido tendido en la cama. Era hermoso, y hacían juego con sus ojos. Lástima que el siquiera notara eso.

Me empecé a despojar de la ropa, miré a Harry salir del baño. Estaba listo.

-Oh, no sabía que ya estabas...
-Dereck pasará por ti, tengo que llegar antes.
-¿Disculpa, quien?
-Dereck, Leah.
-Harry no, por favor.
-¿Qué?
-Dereck no.
-¿Y por qué no?
-Harry, el quiso abusar de mi. Por favor no me hagas esto, se que no he sido buena contigo, pero en serio estoy tratando de hacerlo, solo que no sé cómo hacer para que entiendas que yo...
-Leah, Dereck pasará por ti, se acabo.
-Entonces no iré.
-Si te rehusas vendré y te subiré del cabello.
-Prefiero que lo hagas tú y no él.
-No hagas de esto un show, coopera que es lo mejor que puedes hacer.
-Harry...
-Leah, ya basta.-Me miro y se largo.

Lo odiaba con todo mi corazón el cual estaba a punto de sufrir un paro cardíaco debido a Dereck.
Maldito Dereck y el día en que nació.
Maldito Harry y el día en que me enamore de él.

B E A S T. /hs (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora