Roxanne

Condord

2: Concord                                             

El tiempo pasó volando, ya me encontraba en el aeropuerto de Boston. Nos recogió mi tío Dan junto a su esposa Claire, que estaba embarazada de siete meses. Me llevaba especialmente bien con ella, ya que siempre venía con Dan en  todas las visitas que nos daba mi abuela y siempre nos habíamos entendido muy bien. Ella era muy joven, tenía seis años menos que mi tío, tan solo veinticinco. No se habían casado pero llevan juntos desde que tengo uso de razón, estaban con planes de boda cuando mis padres sufrieron el accidente, desde aquellas todo se retrasó y no se volvió a hablar del tema.

Después de entrar en el coche sentí nostalgia por todo lo que había dejado atrás. Ahora estaba en un lugar nuevo, con gente nueva, con sitios nuevos y con vida nueva,

ahora estaba de camino a mi  nuevo hogar en Concord en el  condado de Middlesex, Massachusetts.

Mi nueva casa estaba igual que como la recordaba, tenía poco más de 40 años, la habían hecho construir mis abuelos recién casados cuando el negocio familiar había prosperado.

- Rose, tenemos una sorpresa para ti,- dijo Claire esbozando una sonrisa y señalando hacia mi nuevo hogar- estoy segura de que te encantará.

Me quedé embobada mirando el descapotable azul celeste que estaba aparcado delante de la puerta de casa.

- Es un Renault Florida de mediados de los setenta, fue el coche de tu madre hasta que se fue a España- me explicó mi tío.

- ¡Me encanta! Es precioso, ¿es el que aparece en la foto que está mamá en la playa apoyada en él?

-El mismo, sólo que con un tapiz nuevo y sin el olor a vómito de los asientos. Y para ti pequeña también tenemos una sorpresa.- Dijo refiriéndose a Amber y sacando  de detrás de unos arbustos una bici del mismo color que mi coche.- Adelante, estrenar vuestros regalos, yo me encargo del equipaje.

-¡Es genial! ¡Muchas gracias titos!- gritó mi hermana abalanzándose sobre su regalo.

-No tan deprisa, voy a avisar a un primo de Claire, que tiene tu edad, para que te enseñe el pueblo, es pequeño, pero no creo que sea buena idea que vayas tu sola. Además él irá a tu mismo colegio y así ya tendrás un nuevo amigo. Acompáñame a buscarlo.- Amber asintió con un poco de vergüenza reflejada en su rostro- Y tú Rose tienes un mapa en la guantera, pero supongo que de algo te acordarás no hace tanto que no vienes. Vuelve pronto, hoy vendrá toda la familia a cenar.

Me subí al coche ignorando a Dan, tenía curiosidad por ver cómo había cambiado el pueblo.

La casa estaba un poco alejada del centro del pueblo. Estuve conduciendo alrededor de quince minutos hasta ver como las casas se iban juntando cada vez más y más. Me sentía tan cómoda en el coche que dudé en salir de él, parecía haber sido hecho a mi medida.  Aparqué el coche en frente de una cafetería llamada Helen’s. Podía ir a dar una vuelta y después ir a tomar algo allí, además así tendría un sitio de referencia por si me perdía. 

He de admitir que Concord era un encantador pueblecito y era el lugar idóneo para empezar desde cero.

Tenía un poco de miedo por ir al nuevo instituto, Middlesex School. Siempre había sido bastante extrovertida y no me costaba hacer amigos, pero desde el accidente de mis padres me sentía incomoda con la gente y me había hecho menos habladora, en definitiva prefería estar sola que acompañada. También me aterraba la idea de que todos me tuvieran lástima, al fin y al cabo a ojos de la gente era una huérfana que se había tenido que ir a la otra punta del mundo para poder vivir con la poca familia que le quedaba. Y como no era un pueblo muy grande supuse que todo el mundo sabría mi historia.