5: Guardianas
Llegué a casa y metí el coche en el garaje. Fui directamente a mi habitación. Aún no había desempaquetado mis maletas y me puse a ello. Acabé con ellas y mi habitación quedó despejada. Todo estaba ordenado salvo un par de cajas que estaban al lado del armario. Eran las que contenían los objetos de mis padres que había querido llevarme conmigo. Me acerqué a ellas y me senté a su lado pero cuando iba a abrirlas sentí una presión en el pecho y me alejé de ellas. Iba a salir de la habitación pero comprendí que tenía que ser fuerte, no solo aparentarlo. Reuní el valor que pude y abrí la primera caja, eran las cosas de mamá. Fui sacando cuidadosamente todo y posándolo sobre la cama. El último objeto que cogí fue su joyero, era de marfil blanco con la cerradura en oro. Nunca antes lo había abierto, mi madre siempre llevaba la llave en una cadena en el cuello. Cuando cogí la llave me estremecí, la llevaba puesta el día que murió. Introduje la llave en la cerradura y la giré. Se me nubló la vista cuando vi sus joyas, solo se las ponía en ocasiones especiales pero las conocía muy bien, todas se las había visto puestas. Todas menos un anillo que se encontraba en un compartimento bajo una de sus pulseras. Era de un material metálico con una piedra en forma circular de color azul celeste, casi blanco, con destellos rojizos. Lo deslicé por mi dedo y me quedaba perfecto, como estuviera hecho a mi medida. Coloqué las cosas de mi madre por la habitación y bajé. No encontré a nadie en casa, pero se oían voces en el jardín trasero. Amber estaba jugando con un niño y con un gatito negro de rayas blancas.
-¡Rooooox! ¡Mira lo que me ha regalado la abuela!- dijo mi hermana corriendo hacia mí para que pudiera ver al pequeño animal.
-Que ricura, es casi tan bonito como tú- le dije tocándole la nariz.- ¿Cómo se llama?
-¡Miau!
-¿Miau? Bonito nombre. Hola Miau- saludé al gatito.
-Así es como le llamaba su mamá, y las mamás son quienes eligen los nombres de sus hijos.
-¡Claro! A veces me olvido lo lista que eres- dije dándole un beso en la mejilla.- Hola David
-¡Hola Roxanne! Vamos a hacerle una casita a Miau, Amber. Ya verás, será enorme.
Salieron los dos corriendo y me acerqué a mi abuela que estaba sentada leyendo un libro.
-Hola cariño, ¿qué tal en el colegio?
-Muy bien, abuela, me voy adaptando.
-¡Ya sabía yo que tú no ibas a tener ningún problema!- dijo eufórica. Mientras me recogía el pero ella posó su vista en mi mano. Me pareció que se le desencajaba la cara al ver el anillo pero se recompuso tan rápido que no sé si tuvo esa reacción de verdad o fue imaginación mía. - ¿Dónde encontraste ese anillo?
-Entre las cosas de mamá, en su joyero ¿Lo conoces? Yo nunca lo había visto.
-Claro, de hecho, se lo regalé yo.
-Oh, pues es precioso. El color de la piedra cambia en función del lugar donde estés, me encanta.
-Es muy bonito, es una reliquia familiar. Lleva en nuestra familia siglos, mi madre me lo regaló a mí, su madre se lo había regalado a ella, y la de ella a ella y así sucesivamente. Siempre ha estado entre mujeres Sheffer.
-¿Y si una Sheffer sólo tenía hijos varones?
-Las mujeres Sheffer siempre han tenido por lo menos una hija.
-¿Sí? Qué curioso.- dije pensativa. Me había rondado por la mente preguntarle a ella directamente que relación teníamos con la familia Owen. Y eso fue lo que hice- Abuela, ¿conoces a los Owen?
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Roxanne
RomanceNuestra protagonista se llama Roxanne, una adolescente que tras la muerte de sus padre se ve obligada a ir a vivir con la única familia que le queda, con su encantadora abuela, sus tíos y sus primos. Viaja desde España a Concord, Massachussets en EE...