Verdades que duelen: Parte I

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6: Verdades que duelen

Me desperté media hora antes de que sonara el despertador y no me di vuelto a dormir, el ruido de la lluvia no me dejó hacerlo. Me arreglé y bajé a la cocina. Mi abuela estaba abajo.

-No podía dormir- me dijo.

-Ni yo- respondí cogiendo una manzana verde del frutero -¿Quién más está enterado de todo esto?

-Nuestra familia, la de Claire y…

-Y los Owen- concluí yo.

-Sí, es una larga historia.

-Tienes media hora para contármela. Empieza contándome porqué la familia de Claire está metida.

-Bueno…-dudó-  ayer no te lo conté, pero los malditos también pueden tener relaciones con los humanos, pueden tener hijos. Pero no es lo mismo que si los crearan ya que los hijos son mestizos mientras que los creados adquieren todas las cualidades. La madre de Claire es bruja, las hechiceras siempre nos han ayudado.

-¿Claire es hechicera?

-Sí, pero tiene menos poder que Adele, su madre.

-Madre mía... Vale, de acuerdo. Ahora cuéntame lo de la familia Owen.

-Cariño, es una larga historia. Es preferible que te la cuente a la noche con más tiempo, además Jim estará a punto de llegar- dijo mientras me daba un beso en la frente y desaparecía subiendo las escaleras.

Llamaron a la puerta y abrí esperando que fuera Jim, pero me encontré a Alec. No estaba solo, le acompañaba una chica morena de aproximadamente nuestra edad.

-Hola-me saludó con una sonrisa torcida.

-Ho…hola. ¿Qué haces aquí? Pasar, pasar os estáis empapando.

-Eh, gracias. Te venía a decir que por alerta de tornado se acaban de suspender las clases.

-¿Has venido desde tu casa hasta aquí solo para avisarme de que hoy no hay clases?- pregunté intentando asimilar la situación.

-Bueno, te habría avisado por teléfono pero no tengo tu número- se excusó.

-Además yo te quería conocer- añadió una vocecita procedente de la chica que estaba detrás suya- Soy Gemma, su prima.

-Encantada, soy Roxanne. ¿Queréis algo?- dije acercándome a la cocina y abriendo la nevera para ver que había- ¿Agua, un refresco… batido?

-Agua está bien- respondió Alec.

-Para mí lo mismo, gracias.

La situación era un poco extraña, estaba sentada en la encimera terminándome la manzana mientras miraba a mis invitados como bebían agua y examinaban la casa con la mirada.

-Tienes una casa preciosa- rompió el hielo Gemma.

-Muchas gracias. Oh, casi se me olvida… Voy a llamar a Jim para avisarle que no hay clase, ahora vengo- me escabullí hasta el salón y lo llamé. Como me imaginaba no tenía ni idea, colgué y fui a la cocina, donde solamente se encontraba Alec.

-¿Y Gemma?

-Le surgió algo, me dijo que te dijera que estaba encantada de conocerte- me explicó- ¿Quieres hacer algo? Tenemos todo el día libre.

-¿Cuándo hay alerta de tornado no se supone que nos deberíamos encerrar en casa o algo así?

-Que va, los tornados por esta parte del país son muy frecuentes pero nunca ocasionan daños.

RoxanneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora