La mirada de una dama guarda
una sonrisa encantada,
unos labios de plata,
unos ojos infinitos,
la cara del chico
que primero la quiso.
Su cita perfecta,
inspirada en una película concreta,
exactamente en cierta escena,
sus fantasías perversas,
esas que nunca cuenta.
Su lado sensible,
su lado salvaje,
su lado sublime.
La imagen de su primer beso
ese momento
en que dos labios se juntan sin quererlo,
pero todos sabemos,
que entre ambos
siempre hubo deseo.
Ese amor secreto
al que no le mostró sus sentimientos
por ser simple amistad solo eso,
por no querer perderlo.
Y ese otro amor prohibido
enamorados aún con normas
y castigos
que buscan formas
de seguir unidos.
Ese amor lindo
y tierno
que parecía el mismo Cupido
en otro cuerpo
que le regalaba frases bonitas
y regalos coquetos.27