Lágrimas en la noche.

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Sus ojos se comieron al sol, la miel fundida se quedo en su iris y su resplandor caliente realmente invadió mi ser.

Sus venas, como pequeños corales, envolvieron la perla que movía de un lado a otro al diminuto sol, un eclipse en el centro del dorado caramelo, y mientras observaban tristes a la pálida luna tejida en el oscuro terciopelo apolillado comenzaron a derramar lágrimas.

La noche también se enamora || DISPONIBLE EN AMAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora