Roto

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Atención:

Capitulo  con escenas fuertes y temas que pueden herir tu sensibilidad. Leer bajo tu responsabilidad

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El amanecer cayo sobre la ciudad, y Bucky y Natasha se encontraban profundamente preocupados, pues, Steve era una persona, por demás madrugadora, y era uno de aquellos que antes de que se asomarán los rayos del sol ya se encontraban activos y listos para comenzar un nuevo día. Pero ya eran las ocho con treinta de la mañana y aun no habían rastros del rubio.

—Romanoff, no se tu, pero yo voy a buscarlo. Es anormal que aun no haya despertado— dijo el castaño, para caminar rumbo a la habitación del hombre de cabello claro.

—te sigo, Barnes— fue lo único que dijo la rusa, poniéndose en marcha tras el soldado, que apresurado, buscaba llegar con prontitud a la habitación de su mejor amigo, casi hermano.

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Llevaban un buen tiempo golpeando a la puerta insistentemente, pero nadie respondía y tenían perfecto conocimiento de que allí había alguien, pues podían oír su respiración.

James, temeroso de que algo le pudiera haber sucedido a su mejor amigo, no se hizo de esperar y con destreza forzó la puerta, hasta hacerla abrir, sin ningún rasguño.

Se adentro con cautela, cuidando cada uno de sus pasos y empuñando con fuerza su brazo metálico, preparado para recibir y combatir a cualquier enemigo que se le enfrentará. Pero nada lo preparó para ver a su mejor amigo y hermano semidesnudo, cubierto apenas con una sabana, sentado en la cama, con la mirada perdida y opaca y con los ojos hinchados, mientras las lágrimas no paraban de salir de estos.

—¡Steve!¡Steven! Dime que ocurrió, que paso, porque estas así— pregunto lleno de angustia, mientras se acercaba y se sentaba a uno de los costados de la cama, para tomar a Steve por los hombros y obligarle a levantar la mirada. Al contemplar sus irises apagadas, llorosas y carentes de brillo, y al percibir algunas señales en su cuerpo, no tuvo que ser un genio para descubrir más o menos que había pasado.

—que pasa, Barnes, porque Steve se encuentra así— preguntó preocupada la pelirroja, sintiéndose abrumada al ver a su amigo y líder en tan penosa y confusa situación.

—Natasha, podrías dejarnos solos un momento, te explicaré todo a su debido tiempo— pidió el soldado, la mujer lo miro con dureza, pero luego ablando su mirada y asintió, para dar media vuelta, y abandonar la habitación cerrando la puerta tras ella.

—Steve, que paso, se trata de Stark, verdad— pregunto con una suavidad inusual en él, tratando de hacer regresar a su amigo.

El rubio lo miro con miedo, para luego volver a derramar lágrimas, arrugando con fuerza las sabanas en sus dedos.

El castaño bajo sus ojos a las blancas sabanas, hallando algunas manchas de sangre y de otros fluidos, una de sus hipótesis iniciales se convirtió en una realidad y no hacia falta sumar dos más dos para saber lo que allí había pasado.

—Steve, se que muy probablemente no quieres hablar de esto, pero necesito saber que paso para saber que hacer, te preguntarle y tu trataras de contestarme, esta bien— dijo con suavidad y calma, recibiendo un asentimiento del rubio.

—de acuerdo.— dijo, para intentar calmarse y comenzar con el interrogatorio —soy plenamente consciente de que él no abuso de ti, correcto— dijo, recibiendo un asentimiento del rubio —así que supongo que fue por acuerdo mutuo— dijo, recibiendo una afirmación —te golpeó — pregunto, recibiendo una negación. —te llevo a la cama, estuviste con él y luego te dijo cosas horribles y te lastimo— pregunto, recibiendo más lágrimas como respuesta. —y quien fue...— la pregunta fue cortada, al ver como el rubio intentaba cubrir aun más su cuerpo con la sabana.

ConsecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora