Pequeño Inocente [JiKook]

U N O

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Park Jimin se mantenía sentado en su sitio tamborileando con los dedos en el libro, justamente  en la página contraria de la que estaba leyendo.

Tamborilear con los dedos siempre lo ayudaba a concentrarse, porque cuando intentaba comprender algo, su estúpido cerebro sacaba a flotes su hiperactividad y nerviosismo: así que manteniendo una parte de su cabeza pendiente del ritmo, y la otra parte en lo que estaba leyendo conseguía un aprendizaje más efectivo.

-¿Lo entiendes?-Preguntó su profesor particular, Adam Brown.

Dependiendo del curso iban cambiando de maestro, pero éste especialmente le gustaba a Park, llevaba dos años estudiando Administración De Empresas gracias a su padre.

-Sí, creo que sí, señor-Respondió educadamente

Además, su formación no consistía en las asignaturas de la carrera, también su madre quería profundizar en asuntos más internos, y bellos como son las bellas Artes. Jimin, con sólo veinte años sabía más de Historia, Pintura, Música, Escultura, Arquitectura, Cine, que cualquier persona "Normal" de veinte años.

Él especialmente amaba la literatura; adoraba leer.Empezó leyendo literatura juvenil, como Percy Jackson para la lección de mitología.Luego fue más profundo y se enamoró de la poesía que le permitía leer su madre.

Y ahora está enganchado a la literatura clásica.

-Muy bien, Jimin-Lo felicitó su maestro después de que Jimin le explicara lo que había entendido.

-Gracias, señor-Sonrió tímidamente poniéndose rojo como un tomate.

A Adam le parecía un caso aparte, aunque él intentaba que confiara en él, que hubiera cierta confidencialidad entre ambos....era imposible, Jimin era demasiado respetuoso y timido como para tutear a la figura de alguien tan importante, como su maestro.

-Es la hora-Dijo Adam advirtiendo la presencia de Young Mi en la puerta-Tengo que marcharme.

Recogiendo sus cuadernos ambos se levantaron.

-Permitame acompañarle...-Empezó Jimin, pero fue interrumpido por un grito de rabia.

-¡Jimin!¡Te he dicho miles y millones de veces que tu cortesía puede ser peligrosa!

-Pero madre... yo...-Bajó la mirada y Adam advirtió lágrimas en los ojos del chico-Lo siento mucho, no te vuelvas a enfadar, por favor.

Young suspiró de frustración mientras la nana de Jimin, Sun Hee, entraba ante los gritos de la señora de la casa.

-Hasta luego, señora-Sonrió falsamente Adam mientras murmuraba lo bruja que era y se marchaba de ahí cerrando la puerta detrás de él.

-¿Qué pasa?-La señora tenía una mano en el techo aterrada-Creí que te había pasado algo, mi niño.