No te entiendo, nunca lo haré...

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Era un espacio muy reducido... Y tu olor se mezclaba con el aire que se colaba al lugar.

Para intentar pensar en otra cosa, comencé a tararear una canción, "Cómo Mirarte- Sebastián Yatra" y de pronto tu comenzaste a cantar "Voy a cuidarte por las noches, voy a amarte, sin reproches, Te voy a extrañar en la soledad y aunque existan mil razones para terminar..." "No hay nadie más..." Te interrumpí.

Se te escapó una leve risita, que me pareció muy tierna, tu, cantando mi canción favorita...

Cuando terminaste y comenzabas a guardar todo yo me aproxime a la puerta para abrirla y tu la cerraste de un golpe. "Primero: No se abre la puerta hasta que termines el trámite y Segundo: Yo soy el caballero" me aclaraste. Entonces espere a que terminarás de guardar todo, me abrieras la puerta y entonces salimos a la calle nuevamente.

Ya estaba oscuro, y el único poste que estaba cerca alumbraba muy poco. Entonces te dije que ya debía irme, iba a cruzar al otro lado de la calle y tomaría el primer autobús que pasara.

Me sonreiste y aún en la oscuridad tu sonrisa era tan hermosa.... "Está bien, ¿Te veo luego va?" Preguntaste, te contesté que sip.
Entonces chocamos las palmas, pero ya no soltaste mi mano, me puse nerviosa, por un segundo creí que volverías a reírte de mí , me había preparado para tu futuro"Es mejor ya no hablarnos" o "Ya sé que te gustó...".

Muy por el contrario me viste directamente a los ojos y tu sonrisa se hizo más grande, el color en mis mejillas se hizo presente.

Entonces así sin más me jalaste de un brazo...

El contacto con tu cuerpo fue tan rápido y brusco que perdí el equilibrio y di dos pasos hacia atrás...
Tu no me soltaste, tu brazo derecho  sujeto mi cintura y el izquierdo se apoyo en el poste detrás de mi a un lado de mi cabeza. Lentamente volvimos a recuperar el equilibrio y entonces  tus dos brazos se cerraron al rededor de mí en un abrazo muy fuerte ....

Fuerte y a la vez tan suave.

No supe cómo reaccionar y mis brazos se quedaron rígidos, de pronto sentí un leve cosquilleo cerca de mi oído, cuando quise voltear no pude hacerlo pues tenías tu cara imposiblemente tan cerca de la mía que tu altura, tu olor y todo tu cuerpo me intimidaron en menos de un segundo.

Cuando creí que te ibas a separar de mí pues te moviste un poco, lo  que vino me dejó en shock....

Tus labios se posaron en mi mejilla, y sentí tu tibia respiración tan cerca de mi cara... Susurraste algo... No entendí que fue, te separaste de mi suavemente. Me sonreiste y yo te respondí, no podía hablar, ni moverme...

Solo podía respirar.

Querido TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora