Bromas, despedidas y lagrimas.

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-Reneé... Ya deja ese celular- dijo Claire con una voz extraña.

-Que onda... ¿Qué fue eso?- Preguntaste extrañado

-Fue mi amiga Claire.

-No inventes... ¿Fue una chica?

-Sip.

-Hablo muy grave....- imitaste su voz.

Volvimos a reír y entonces Claire comenzó a hacerme cosquillas, odio cuando la gente hace eso tu parecías bastante agusto escuchando mis grititos y protestas hacia Claire.

Entonces le dije que era algo importante lo que estaba tratando y se fue... Molesta, pero pude seguir ahora poniendo más atención hacia ti.

Entonces hablaste.

-Oye...- Continuaste.

-¿Si...?

-Tengo que colgar...

-No... No te preocupes, adelante.

-Al rato te llamo. ¿Vale?

-Ah... ¿¡Pero me llamas eh!?

-Claro.

-Este... Cuídate. Y sabes qué cuentas conmigo.

¡Por el amor de Dios, Reneé ya dijiste eso como mil veces!

-Gracias Reneé, de verdad, tengo que irme.

-Este bien... Un abrazo- cerré los ojos al escucharme decir eso.... Pero tenía que decirlo.

-¡Y besitos!- gritó Claire desde el salon.

-jajajaja- se te escapó una risita, sonreí - Y los besitos... Dijo tu amiga.

-Y un besito... A verdad...- intenté sonar despreocupada pero la verdad es que me estaba dando un infarto.

Reneé... No exageres. Nop... No exagero.

-Ah... ¿En donde ?- preguntaste como si estuvieras retandome.

-Pues...- ante mi nerviosismo volviste a reír con más ganas.- En donde... Tú quieras... - respondí intentando reír.

-Tengo que irme.

-Solo... Cuídate.

-¡Ya dile te amoooo!- volvió a gritar Claire.

¡¡¡Cállate Claire!!!!

-Jajajaja... Claro, dile a tu amiga que yo también la amo.

-Yo le digo...

-Adiós...

-¡Adiós!- grité.

Y la llamada terminó.

Solté todo el aire que no sabía que estaba reteniendo.

Y me volvió el aturdimiento... Solo que esta vez era más llevadero, y estaba feliz.

El silencio inundó nuestra llamada, la mayor parte del tiempo. Yo no hablaba por temor a quedarme sin ideas... Aunque no tenía ninguna, mi mente estaba en blanco... No podía hablar, no sabía que decirte, por tu parte, creo que esperabas que yo pudiera mantener una conversación como tus amigas de Prepa. O talvez estabas demasiado cansado para responder, se notaba en tu voz, tenía miedo de estarte molestando pero recordé tu voz cuando dijiste "No... Para nada, no me estás molestando"

Fue una de las sensaciones más bonitas de mi vida... Tú habías dicho que yo no te parecía molesta ... ¡¡Y eso era lo que yo temía!!

Los silencios que estaban siempre presentes eran... Reconfortantes, no me importaba mucho que no hablaras, o que te rieras de mis tonterías, era hermoso escuchar tu voz, es muy especial, me gustaba que fueras alegre, quería a que estuvieras bien, y me gustaba que pudieras reír a pesar de las circunstancias me sentía feliz de que por un segundo la incomodidad que sentía no me traicionará.

Me gustas Carlos, Me gustas mucho, Me gusta tu fuerza y tu serenidad, tu sentido del humor, tu valor, tus tonterías... Me gusta que puedes reír a pesar de todo, Me gusta la forma en que levantas la ceja derecha y me sonríes. Me gustan las miradas que cruzamos de vez en cuando, me gusta que seas decidido. Me gustas tú.

Me gustas mucho.

No era momento de pensar en eso, me dije a mi misma cuando regresaba al salón...

Sin embargo... Si era un buen momento, lo era... Para mi.

El profesor de Inglés aún estaba fuera, fui a sentarme a mi lugar ante las miradas de mis compañeros, Mariana, Marisol y Claire estaban ahí.

Guarde el móvil en mi bolsillo y tome asiento.

-Creo...- pase saliva, mi garganta se sentía reseca- Creo... Qué no fue buena idea llamarlo.

-¿Porque no?- preguntó Mariana.

-No entiendo como podía reírse... El... Él se reía - sonreí con tristeza.- Él reía conmigo.

-Ay... Reneé pero no te sientas mal, el estaba feliz... !Tú lo hiciste reír y eso es bueno niña!- Habló Marisol.

-Le hable en un mal momento- continúe.

- Eso no importa, tonta, lo que importa es que supiste estar ahí para él, y sabe que puede contar contigo, sabe que te importa, y que le hayas hablado en un momento así, le dice mucho. Le dice que en verdad lo quieres.- Claire me abrazo.

Y entonces comencé a llorar.

De alegría, emoción, frustración, impotencia de no poder estar ahí contigo recordando la ilusión que te hacia conocer a tu sobrinita...

De saber que... Eras valiente.

Mi Querido Tú




Querido TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora