- Capitulo 3 - (1/2)

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Me levanté temprano, fuí a la cocina y al abrir el refrigerador no había nada, solo latas de Coca-cola. Ah.. Tengo que ir a comprar víveres.

Cuando Tom salió de la casa hace unas horas, empezó hacer demasiado calor dentro de la casa, como para calentar unos blanquillos con tocino; penso  Matt ingenioso, teniendo un sartén arriba de la cabeza de Tord, preparando su desayuno.

— Si quieres vivir, espero que no me salté aceite en mi cara o de lo contrario tu rostro lo pagara —amenazo cruzado de brazos, sentado en el sofa individual, rostizandose por dentro de la sudadera.

— Ya esta listo, y para que no me golpees en la cara te dare los tocinos.

En eso entro Edd a la sala sudando, saliendo de la comodidad del refrigerador. Miro al instante a Matt, entrecerrando los ojos. —Ni pienses que le daras todo el tocino a Tord, también quiero.

Matt miro a Edd, inclinando la cabeza, desvío la mirada al sartén y volvió a mirar al de sudadera verde, volviendo a mirar el desayuno, otra vez al chico que esperaba su tocino repetidas veces. Hasta que en unos minutos hablo. — No hay suficiente para los dos.

— Bueno, entonces dame el tocino a mí, soy tu pareja —comento Edd, esperando que el chico pelinaranja le diera el tocino. Matt andaba algo despistado— ¿Eso que quiere decir?

Tord, no podía seguir soportando el extremo calor que se sentía en la casa. No pudo evitar reir maliciosamente.

— Que tienes que darme el tocino a mi, recuerda tu cara sufrirá las consecuencias si no es así.

— Buen punto —Estaba por darle él desayuno.

Pero, Edd miro a su pareja con cierta sorpresa, y tuvo que pensar rápido.— Te parece ir a un lugar donde pueden hacer un póster, peluches, tazas con tu imagen y buscar de tu basu... —se aclaro la garganta, para seguir hablando— ...fabuloso ojo para las... Piezas de arte. Pero solo si a mi me das él tocino.

Él de chaleco verde, lo pensó pero ahora no sabia a quien darle él tocino, era una ventaja y desventaja, si solo escogía a uno de ellos; es decir, a Tord no le golpearía en la cara, de lo contrario lo haría., Edd no lo llevaría a ese tal lugar si no le entregaba él desayuno.— Lo siento chicos, así no se puede, no se a quien darle él tocino —Matt por impulso dios unos pasos hacia atrás, mirando de izquierda a derecha unas dos veces.

Él ambiente se tenso, los dos que estaban ya sin paciencia por comer tocino, se miraron con una mirada penetrante, competidora y retadora.

— Me parece que tendremos que pelear, será una perdida de tiempo si Matt no se decide —Comento sin apartar la mirada del otro, solo cuando Edd desvío la vista a un lado, con los ojos abiertos.

Matt, no se quedaría parado y a esperar que algo malo le pasara, se fue de manera muy lenta que le funciono, para parecer invisible y esconderse de esos dos.

— !Matt, se desapareció y no lo vimos? —Dijo, después de que el de sudadera roja volteo y su expresión cambio a una molesta.

— ¡¡¡Matt, si te encuentro te conviene que me entregues el tocino, o tu rostro sufrirá!!! —Grito de manera brusca, comenzando a buscarlo, como si fuera un depredador salvaje.

Tal vez solo era afectado por él extremo calor en él interior de la casa o el hambre, aunque eso incluía a Edd, que no se quedó atrás; tenía que encontrar a Matt, si tenía suerte en llegar primero a su pareja, este le daría él tocino y evitaría a que Tord lo golpe.

Realmente Edd no quería que la cara de su querido Matt, tuviera unos horribles moretones en aquel rostro que le encantaria besar una vez.

¡Seamos Novios! || EddMatt Donde viven las historias. Descúbrelo ahora