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Gold abrochaba con sutileza los botones de su blanca camisa, después de dejar a Freddy en su casa, él y Golden irían a encargarse de la costurera de su madre. No todo se trataba del señor Golden, también se hacían cargo de como iban los vestidos, faldas y camisas, aprobar diseños que hacían las chicas y señoras, elegir las telas, botones, accesorios, etcétera.

Después irían a la empresa de su padre a presentarse en una junta del nuevo producto que sacara la empresa de Japón dirigida por el señor Yang, una crema para el cabello en cooperación de los Golden's.

[ ... ]

—¡Adiós Golden! Te veré el lunes.— Se despidió Freddy ya dirigiéndose a las escaleras de la entrada de su casa.

—Adiós osito.— Hizo un ademán sonriendo, miraba como su novio ya entraba a su casa.

[ ... ]

Al entrar a aquel lugar que alguna vez fue de su madre, el olor a tela nueva y perfume de mujer invadió las fosas nasales de los gemelos.

—Me recuerda tanto a mamá.— Sonrió ligeramente Golden, observando todo a su al rededor.

—Y pensar que en dos años sera tuyo este lugar, ella estaría orgullosa de ti.— Soltó sin más Gold y comenzó a caminar para así desvanecer el nudo que comenzaba a formarse en su garganta.

¿Gold llorar? Nunca nadie a visto eso a excepción de su madre, no dejaría que lo vieran a si, se vería ridículo y no dejaría que le tuvieran “pena”, ya no.


【『Dear Freddy』】FredoldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora