【『Dear Freddy』】Fredold

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Miraba el techo de su casa como si fuera lo más entretenido en la vida, y lo era, tenía que alejarse del hermano de Golden, y había dos formas de hacerlo, ya no ir a casa de Golden o terminar con Golden.

Ambas serían efectivas, pero, si Golden lo invitaba a eventos y así tendría que ver a Gold, y era a quien quería evitar, no quería y no debía de caer, no estaría bien.

El timbre sonó, era Golden, el momento desisivo era ahí y ahora, terminar a Golden o seguir siendo la pareja más bonita y cool de todas.

Bajo corriendo las escaleras hacia la puerta, tomó una gran bocanada de aire y abrió esta con ciertos nervios, ahí estaba, rubio, alto, piel pálida, ojos grises hermosos, vestía una playera blanca con pantalón blanco, converse negras, cinturón negro y una chamarra de mesclilla y sus lentes que solo usaba para leer pero ahora los traía puestos.

—Golden...

—Hola Freddy, ¿Puedo pasar?

El castaño se hizo a un lado cediendole el paso a su hermoso novio, mierda, no quería dejarlo, pero tampoco quería lastimarlo. Cerró la puerta ya que Golden entró, ambos fueron a la sala sentándose en el sillón grande.

—¿Que era lo que querías hablar conmigo?

Golden iba serio, bastante serio, siempre era así cuando Freddy le decía que tenían que hablar o cuando había un problema.

—Yo... No puedo ir más a tu casa y bueno, no es por algo que hayas echo tú o algo por el estilo; sino que es un ambiente nuevo para mi y no me siento... Muy a gusto que digamos.

—¿Te hizo algo Gold?— su semblante cambio a uno preocupado, tomó las manos del castaño apretandolas con poca fuerza.

—N-no, en serio no tiene nada que ver tu familia en esto, sólo es eso; no me siento muy cómodo en un ambiente así.

Se quedaron en un silencio por un buen rato, ¿que habrán pasado? ¿Cinco minutos tal vez? Quién sabe, pero este se rompió con un suspiro del mayor.

—Esta bien, lo haremos como antes, yo vendré a verte y sabes que siempre que te moleste algo puedes decírmelo.

Freddy no pudo más y se abalanzó al rubio dándole un abrazo, pequeñas lágrimas empezaban a salir de sus ojos, era estúpido, ¿como podía pensar en dejar a Golden? Es simplemente perfecto, comprensivo, atento y encuentra la mejor solución aún que las cosas sean una mierda.

Definitivamente quería estar con Golden el resto de sus días, o eso el creía.

—Te amo...

—Yo también te amo Freddy, y mucho.