"I won't forget you... But I may forget you name..."
-AJR.
-¿Que estás haciendo...? ¡Oh, por Dios! ¿Quisieras ponerte algo de ropa, por favor? Mi madre y yo estamos aquí- refunfuñó Pucca, cubriéndose un poco con una mano los ojos.
-¿Qué? ¿Te pone nerviosa? - sonrío el pícaramente, mientras que agarraba una manzana del frutero encima del tablero.
-¿Qué? ¡No!- replicó Pucca, algo sonrojada y claramente apenada.- ¡Pero no es como si estuvieras solo!-
-Me disculpo. Oí a tu madre salir y no sabía que tú estabas aquí. Por eso pensé que sería un buen momento para bajar a la cocina... Y comer una manzana- dijo el, recargándose hacia adelante en la isla y mordiendo la fruta de manera seductora, tanto que a Pucca le costó trabajo reanudar la conversación de inmediato.- No puedo creer que seas tú... ¿Qué le pasó a la niña moñuda que conocí en la boda?- preguntó burlonamente, mientras masticaba de lado.
-¿Qué pasó con el renacuajo que yo conocí en la boda?- respondió ella, sin dejar que la intimidara. El solo rio entre dientes.
-Veo que no has cambiado nada también- respondió el, soncarronamente.
-Creí que estabas estudiando la universidad en Inglaterra- dijo Pucca, mirándolo de arriba a abajo.
-Vine a ver a papá- respondió el- Hasta los ingleses tienen vacaciones de vez en cuando. ¿Pero qué hay de ti? ¿Al fin saliste del aburrido pueblo de dónde vivías?-
-Su nombre es Sooga- replicó ella, claramente ofendida- Y no. Estoy aquí también visitando a mi mamá-
-¿Ah sí? Todo esto me suena a una fea película estadounidense en donde las familias se unen y se provoca un caos- dijo el, levantando una ceja. Pucca estaba a punto de decir algo más cuando se oyó la puerta del elevador, entonces Evan se enderezó de golpe. - ¡Huy! Mejor subo a ponerme algo de ropa- se burló, arremedando el tono de voz que ella había usado en un inicio y desapareció por las escaleras segundos antes de que su madre llegara a la cocina.
-Lo siento, cariño- dijo ella- Ese hombre no pierde la cabeza solo porque está pegada al resto de su cuerpo- refunfuñó, pero sin tanto odio ni molestia. Pucca solo seguía mirando las escaleras, algo distante y su madre se dio cuenta. - ¿Pasa algo?-
-No sabía que Evan estaba aquí- respondió Pucca, yendo directamente al grano. Su madre parpadeo algo sorprendida y miro a las escaleras y luego a ella.
-Si, llegó hoy en la madrugada. Veo que ya sabes que está aquí de visita también - dijo su madre, recogiendo sus platos y llevándolos al fregadero. Pucca frunció el entrecejo y ató un poco los cabos; ahora sabía porque había oído ruidos en la noche.
-Si, lo que no sé es porqué- dijo ella. Su madre solo se giró a ella con una mueca, no muy feliz por el tono de su hija.
-Zeng pensó que sería buena idea estar todos aprovechando tu visita. Así que cuando se enteró de que venias convenció a Evan de inmediato y el vino- le explicó Mao, empezando a lavar los trastes- Pensamos que sería una gran oportunidad para convivir como familia y que ustedes se conozcan más-
-Perdona, ¿Familia? - repitió Pucca, algo atónita.
Si, en efecto no podía tener ese invento como tal en ese lugar. Podría hablar por su madre, claro, ella era familia al cien por ciento. Pero Zeng y Evan...
Zeng era aceptado por ella, claro, era el amor de su madre y su esposo... Pero de ahí a considerarlo familia era algo más complicado. Sentía más como tal a los padres de Ching y Abyo y a más personas de la aldea que él, quitando claro a sus tíos y mejores amigos, pero esto era porque prácticamente toda su vida había estado en contacto con ellos y la conocían.
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Nadie sabe lo que tiene hasta que...
RomanceHan pasado ya cinco años desde que todo este lío de la persecución empezó. Es más, toda la aldea sabía que terminarían juntos, pero, ¿Que siempre tendrían que estar como perros y gatos? Al parecer Pucca ya no esta dispuesta a hacerlo, pero... Tal ve...