Capítulo III

173 23 10
                                    

11 de septiembre de 2001

Nueva Jersey, USA

Aquella mañana resultaría ser como cualquier otra, después de todo eran aún nuevos en ese vecindario. ¡Dios! ¡Cuánto extrañaba a su madre!

Y es que habían dejado todo en Rusia. su amada Rusia, a pesar del inclemente frío que sucumbía a ese país. Lo adoraba y como no hacerlo, allí conoció al que sería el amor de su vida. También nacería sus preciosos hijos, al menos uno de ellos había sobrevivido.

Sus padres, ¿Cómo estarían? Aquello la torturaba.

- Cariño, estoy saliendo. Debo llegar a las 8 a.m. a Nueva York. - se apresuraba en tener listo lo necesario para el viaje.

- Mi vida dijiste que viajarías hasta la próxima semana. - intentó robar un corto y suave beso de su esposo. Kim Young Ho, quién ahora se haría cargo de las oficinas de la sede de Nueva Jersey, debería emprender viaje por lo menos una vez a la semana, este domingo debía ir a Nueva York para las reuniones correspondientes. Aquél día no sería la excepción.

- Lo sé, mi amor. Pero en verdad debo ir. Quiero adelantar todo esto para que podamos ir al lago que te prometí el próximo domingo. - los bellos y enormes ojos de Nam Mi abrieron en demasía, aquella mujer sería su adoración.

- ¡¿En serio, mi vida?! - con trémulos brazos intento contener la algarabía de la hermosa omega. Sumisa y bella omega que agradecía tener a su lado. Y no podía expresar la dulce fragancia que emitía aquella celestial criatura. ¡Cuánto la amaba! A ella y a su cachorro.

- Te amo, Nam Mi. Agradezco que tu también lo hagas.

- ¡Hey! Tranquilízate. ¿No querrás entrar en celo, verdad?

- ¿Habría algo de malo?

- No. - respondió cerca de su lóbulo izquierdo. - Pero... debes tomar un avión. - soltó descaradamente mordiendo aquella delicada parte del alfa. Su punto débil, como le gustaba llamarle.

- Te aseguro algo Sra. Kim. - soltó aquel fogoso abrazo para soltar una sonora nalgada sobre tan tibia piel. - No saldrás de la habitación hasta el próximo domingo.

- Quisiera verte intentarlo. - provocó.

- ¿Porque mami no podrá salir hasta el domingo? ¿Se encuentra malita? - retumbó y los hizo descender de aquella pasional nube que los elevaba.

- Tranquilo mi amor, estoy bien. ¡Mírame! - recogió al pequeño alfa del piso. Hyun Joong, alfa reconocido desde la barriga de su madre. Su perpetua alegría, recuerdo del regalo no nato que debió haber recibido.

- ¿En serio estas bien mami? - algo que identificaba al pequeño es que a corta edad sabía pronunciar las palabras correctamente.

- Tranquilo hijo mío, mamá se encuentra bien. Deseaba hablar contigo. Ven aquí. - la omega había soltado al pequeño en el suelo para dirigirse a su padre. - Cariño, deberé viajar ahora mismo. Sé que es muy pronto, pero regresaré mañana por la mañana. ¿De acuerdo? - lo había depositado sobre sus piernas, mientras el pequeño alfa asentía a lo que su padre mencionaba. - ¿Cuidarás a mamá por mí? ¿Lo harás?

- ¡Lo haré, papá!

- Ese es mi campeón. Bien dame esa garrita. - sobrenombre que invento una tarde para componer el hecho de que Hyun Joong se había lastimado el dedo meñique.

- Mi garrita ya no duele papá.

- Te lo dije. El dolor pasaría.

- Tenías razón.

¿AMISTAD O AMOR? (HYUNSAENG  -  MPREG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora