¿AMISTAD O AMOR? (HYUNSAENG - MPREG)

Capítulo VII

14 de diciembre, 2016

Nueva Jersey, USA

La magia del aquél momento quedase inmortalizado por aquellos fragmentos de segundos, segundos que para Young Saeng resultasen mágicos.

Hacía nueve años había iniciado una cadena de mentiras que algún día tendrían un final.

Final que no sería agrado de Young Saeng.

Y sin embargo según él, aquello debía terminar así.

– ¡Ehm! Yo... yo creo que me voy. – un tímido Hong Ki rompía aquél lúgubre momento, y es que el aura en el que Young Saeng se encontraba a lado de Hyun Joong sería indescriptible, para Hong Ki era la primera vez que veía a su amigo interactuar con un alfa, siempre lo recordase como aquél omega de dulces rasgos escondidos bajo miles de capas de inseguridad, sintiendo un menosprecio de sí mismo. Sin embargo esta vez era diferente, no se sentía para nada cohibido, no sentía miedo, o eso al menos es lo que Hong Ki percibía. Cuanto se arrepentiría su amigo de haber dejado ir a aquél alfa. – Te veo mañana Saengie. Y... Hy...Hyun Joong... buenas noches. – completó.

– Que tengas una buena noche, Hong Ki. – y lo despidió acompañado de un beso en la mejilla.

La emoción del omega podía ser palpable en su esencia que dejase por el camino. Sus feromonas demostraban lo halagado que se sentía ante tal muestra de afecto.

– Tienes un amigo muy simpático, Saengie. – Young Saeng adoraba el acento que Hyun Joong había adoptado en estos años. El saboreo de las palabras al ser pronunciadas, así como el letargo en pronunciarlas, ¡condenado sexy acento ruso! Y es que con solo escucharlo él ya se sentía excitado. Después de todo era como cualquier otro joven omega, aún sin su primer celo, pero no dejaba de ser un omega en edad de querer experimentar el sexo. – Saengie... – tan distraído como siempre que no pudo notar el momento en que Hyun Joong se acercó frente a él. – Saengie... – volviese a escuchar.

– Eh, eh... querías preguntarme algo. – intento disuadirlo al menos. Alejándose de él. Notará mi fealdad o quizás mi mal aliento.

– En verdad no puedo creer que haya pasado nueve años. Casi pareciera que fue ayer el día en que Junnie-ah, tú y yo jugábamos aquí en tu habitación. Discutiendo quien sería el que se enfrentaría a tu mamá para que te dejara salir aun cuando estabas enfermo. – le alegraba el poder retener aún aquellos recuerdos, atrás habían quedado los años en que tanto el pequeño alfa junto a un revoltoso omega y uno un tanto callado, decidían pasar sus tardes en un paseo o quizás en explorar zonas de su vecindario que declaraban aún no haber conocido. Nueve años había transcurridos y nada los haría volver. Inclusive nueve años en que se había perdido de la amistad de su pequeño y frágil omega amigo. Un omega no puede ser amigo de un alfa, aquello era algo imposible, se lo dijo su madre. – Saengie... ¿por qué... por qué nunca me enviaste una carta?

Tonto alfa. Si tan sólo supieras.

– ¿Y qué podría haberte dicho?

– Tantas cosas, como tu salud. Sobre tus padres, la muerte de tus abuelos. No-no lo sé, habían muchas cosas.

– Tenías muchos e-mails por parte de Hyung Jun, creí que eran los suficientes.

– Deber ser una broma, acaso no creíste que quisiera haber hablado contigo tan sólo una vez. Que no necesitaría de un amigo. Eran lugares que nunca en mi vida había visto, en verdad necesitaba de un amigo, Young Saeng. – y allí sucedió algo que atesoraría Young Saeng por el resto de su vida. ¡Oh adorado Dios! Si al menos no me diste una belleza sinigual, permíteme obtener su amistad. – Te necesitaba más que nadie, Young Saeng.