Erick despertó con el sonido de una puerta siendo cerrada de golpe y se retorció incómodo en la pequeña bola en la que se había acurrucado, su espalda estaba tensa y estiró cada uno de sus músculos lánguidamente antes de que su estómago retumbara. Mirando fijamente el plato vació a su lado Erick maldijo al perro estúpido por haberse comido su cena.
Después de pasar la noche frente a la puerta obstinadamente, Erick finalmente decidió levantarse. Se arrastró lentamente hacia la sala viendo en el sofá al perro idiota esparcido sobre el, completamente dormido.
Un momento después, Renato apareció desde la puerta del baño cepillando sus dientes.
—¡Errrich! —saludó entusiasmado con la ventura reacia del gato. Ante el ceño fruncido del felino, su sonrisa vaciló. Luego, recuperándose, avanzó lentamente. Se acerco y se sentó al lado del perro, escupiendo en una taza el líquido espumoso—. Me alegra tanto ver que ya estás más tranquilo. ¿Tienes hambre?
Las orejas de Erick se aplastaron, divididas entre su obstinado deseo de seguir siendo cruel y silencioso o pedir alimento, su estomago se apodero de él y diez minutos después Renato coloco varias rebanadas de pollo en el mostrador.
—¡Joel abajo! —Renato ordenó, mientras el perro se abría paso fácilmente hacia el plato. Enojado, el perro se detuvo y se cruzó de brazos, gruñéndole a Erick al pasar. El gato tomó un asiento privilegiado en el mostrador y comió su desayuno agradecido. Estaba tan ocupado comiendo que apenas notó la mano de Renato rascando justo detrás de sus orejas, el toque cariñoso de este humano era asombroso, pero en el último bocado Erick se retiró y corrió al dormitorio.
Todavía olía demasiado a ese perro estúpido, pero aun así Erick se dejó caer en el colchón y se acurrucó agradecido con el estómago lleno, con la cálida luz del sol entrando por la ventana.
Sus pensamientos se desviaron hacia Claire; extrañaba tanto sus manos en sus orejas que, por un instante, las había confundido con el toque de Renato. Erick no podía evitar recordar que se iría pronto, Ricky incluso lo dijo, pero aun así tampoco podía evitar sentirse un poco cómo en casa. Abrazando la almohada de Renato, Erick rodó y se estiró ocupando todo el espacio.
Interrumpiendo sus pensamientos Renato entró a la habitación con cautela sonriéndole al felino extendido sobre su cama como si fuera su mascota.
—Al menos te estas poniendo cómodo —dijo Renato con una pequeña sonrisa.
Erick resistió el impulso de arrancarle la garganta al hombre, no llegaría tan lejos como el asesinato de todos modos, en su lugar, giró la cabeza deliberadamente y se negó a mirarlo agitando la cola de una manera colérica.
—Esta bien, tomate tu tiempo Erick, sé que esto puede ser difícil para ti.
La paciencia y la comprensión se perdieron en Erick, nunca había experimentado este tipo de cariño que Renato le estaba brindando, estaba acostumbrado a ser mimado y consentido por su madre, pero nada más.
—Tengo que ir a trabajar justo ahora, pero volveré más tarde. Te quedas con la compañía de Joel ¿de acuerdo? —Erick siseó en voz alta ante la idea, incapaz de contener su odio venenoso. Esto sólo hizo reír a Renato—. Si eres bueno te traeré un obsequio, un regalo agradable.
Con las orejas encendidas ante la mención del obsequio Erick volvió sus ojos verdes hacia Renato con un interés sorprendente, la curiosidad lo superó.
—¿Qué tipo de obsequio? —preguntó de inmediato.
—Es una sorpresa —dijo Renato con una sonrisa furtiva.
Y con eso, el humano dejó a Erick dormir la siesta.
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Híbridos [Joerick]
FanficErick, un chico gato, es obligado a vivir con un chico perro y su dueño.