Cap 4: Seré tus alas tu vuelo

1.3K 64 7
                                    

Viernes porfin, pensó Amaia al levantarse, hoy porfin podria ensearle a Manu todo su trabajo, que no había sido poco, de echo ya tenía decididas un par de canciones para cantar. Al acabar el instituto, quedó con Aitana para comer, necesitaba hablar con ella.
-Oye, Amaia,¿Por qué no te vienes hoy a dormir a mi casa? Hace mucho que no te quedas.
-Pero Aitana, tus padres  deben estar muy ocupados y seré un estorbo.
-Amaia! Nunca has sido un estorbo para nadie, a parte ya se porqué no quieres ir.-Aitana miró a Amaia convencida de lo que acababa de decir.
-Y se que es por mi hermano.
-¡Pero que dices!.-hizo una pausa y miró a Aitana.-bueno vale sí.
-Mi hermano no te tiene que preocupar, creo que los dos teneis las cosas claras, ¿verdad?-Amaia no sabía que decir, había pasado unos días pensando en él y lo quería demasiado.
-Aitana, esque le quiero demasiado.
-Pero lo que hizo no estubo nada bien, recuerda lo mal que lo pasaste por él.
-Y también recuerdo lo bien que lo pasaba con él, ¡No le voy a olvidar nunca, joder!.-y Amaia se rompió a llorar en el hombro de su amiga, en una semana había llorado más que nunca y habïa recordado demasiado. Alfinal Aitana convenció a Amaia, y pusieron rumbo hacia la academia.
-Hola Manu! ¿Que tal?.-dijo abrazandole.
-Pues muy bien, espero que vengais cargaditos, los dos sois muy talentosos y no espero menos.-Alfred todavía no había llegado.
-Bueno vamos, enseñame lo que tienes.-Amaia sacó su libreta de composición y las partituras que había sacado de internet de  las canciones existentes.
-Si quieres empiezo por las que nos son mías, que tengo el piano medio echo.
Amaia empezó con Miedo de M-Clam, Manu estaba sorprendido con la capacidad de esa chica con la música, siempre que la escuchaba alucinaba, desde el primer dia que la vió en la academia sabía que disfrutaria de su música. Alfred llegó mucho más tarde, cuando ya había enseñado todas sus composiciones a Manu, se le veía mal, de echo, Amaia nunca le había visto así, no hizo ninguna se sua bromas de siempre, ni intentó ligar con ella, y a Amaia se le hozo demasiado raro, algo pasaba. La clase acabó y Aitana la esperaba en la puerta de la academia.
-Aitana, tengo que pasar por casa a coger el pijama y eso, y de paso puedo coger el ukelele si te parece.
-Me parece perfecto, Ah! por cierto mis padres no están en casa así que podemos gritar todo lo que queramos.-las dos rieron, siempre tenian algo que hacer juntas, reír, bailar, hablar, cantar, hasta desahograse sobre el hombro de la otra, realmente se necesitaban.
Salieron de casa de Amaia con una bolsa con lo necesaario, y el ukelele, llegaron a casa y nadie les recibió debi estar vacía la casa.
-Creo que está mi hermano en su habitación, le aviso, mientrastanto pide ya las pizzas.- su hermano otra vez rondaba en aus pensamientos, aún sentía algo por él eso estaba claro, pero tenía que olvidar como antes.
-¡Ya está! estaba con los auriculares puestos y no nos había escuchado.- Aitana al ver la cara de preocupación que había puesto, decidió calmarla.
-No lo vas ni a ver, te lo prometo.
Cogieron las pizzas encargadas y subieron a su habitación, la habitación de Aitana era enorme, hasta había un pequeño sofá, donde se sentaron las dos, pero ellas ya sabían que acabarían en el colchón que Aitana ponía siempre oara Amaia. Hablaron sobre música, y cantaron un buen rato.
-Pues mira, he estado hablando con Cepeda y Roi y són muy majos.
-Pues yo a Alfred no te lo recomiendo, siempre esta intentando ligar y a veces me pone nerviosa.
-Es natural en él, aunque antes no era así.
-¿Y que paso?
-Antes de que tu vinieras a la academia, hace unos años su madre murió, por enfermedad, y para él, su madre era muy importante, todo en ella era música y felicidad.
-Y por eso empezó el rol este de chulo, me tiro a todas las que puedo, por apoyarse en algo.-añadió Aitana
-¿Y su padre? A mi me dijo que era muy guay.
-Su padre es muy buena persona, siemore tenía mucha esperanza con la enfermedad . Bueno dejemos ya a Alfred y miremos una pelicula o algo.
-Esta vez elijo yo, que luego me pones de miedo y me quedo mirandolas sola.
Amai escogió una cualquiera romántica y las dos se estiraron en el colchón.
Acabó y a Amaia tampoco le emocionó mucho, intentó dormir junto Aitana, que había quedado rendida desde hacia bastante rato, así que decidió ir al baño. Por el camino se encontró con la puerta de la habitación de Marcos abierta, quería descubrir si realmente conserbaba la foto, como ella, así que pensó que estaría en el baño y entró sin hacer mucho ruido.
Miró todas sus paredes, con posters de diferentes artistas y grupos, y varios cuadros de él de pequeño con su hermano, llegó a la pared de las fotos que estba junto a la cama, y entre la oscuridad y la poca luz que se colaba entre las persianas, intentó ver lo que contenian estas fotos.
Pero antes de seguir mirando, pensó en lo que realmente estaba haciendo, y se sentía mal por rebuscar entre su habitación, así que se giro hacia la puerta.
Se asustó al ver la silueta de alguien en frente suya tapandole la boca para que no gritara.
-No grites, o Aitana se despertará, y ya sabes como es ella con lo de dormir.
-Yo lo siento mucho, me he equivocado, iba al baño.
-Te he estado mirando desde el marco de la puerta, y no creo que te hayas equivocado.
-Lo siento.
-Si buscabas la foto, la tengo guardada, pero en un sitio seguro, para que nadie la coja.
-Sabes he echado de menos tu pijama, bueno y a ti también.-Amaia no pudo evitar sonreir, le volvia loca ese chico.
Marcos se iba acercando a ella, y Amaia hacía lo mismo inconscientemente.
-Estás preciosa hoy, y todos los días claro.- dijo acariciandole la mejilla.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora