Cap 2: Lo bueno está por llegar

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Amaia se acercó a Aitana para poder ir ya hacia casa, no tenia ganas de hacer nada, y los tres meses que le esperaban con el chulo de Alfred serían de lo más agobiante.
-Amaia! Ana, Miriam, Agoney y yo nos quedamos por aquí a dar una vuelta o algo.
-Que bien! Yo me voy para casa.
Aitana al ver que su amiga estaba agobiado decidó apartarse de el grupo y hablar con ella.
-¿Es por el trabajo?
-Pues sí, pero da igual no te preocupes, he tenido un día malo no pasa nada.
Se abrazaron y seguidamente Amaia se alejó de ellos, se puso sus auriculares, la música de The Beatles empezaba a entrar en su cabeza, era la única cosa que le hacía despejarse de todo y centrarse en las melodias, ese grupo era sin duda su favorito. Cuando ya iba alejandose de la academia una mano se posó en su hombro, pero ni se giró, entonces vió a Alfred acercandose por su lado izquierdo, y al ver que ya llevaban un tramo juntos y no se había separado decidió hablar.
-No hace falta que me sigas.-dijo secante.
-Vivo por aquí, así que te acompaño, por si te pierdes.- Amaia ya había agotado su paciencia por hoy, y no se planteaba como lo haría para no perderla cada día.
-No te enfades anda, lo he dicho en broma.
-No estoy enfadada.- dijo cruzando los brazos.
-Estas muy guapa enfadada.- se sorprendió.
-No intentes ligar conmigo, no voy a caer en tu trampa.
-¿Que trampa?
-Haber Alfred, nos conocemos poco pero vas de chica en chica.
-Pero eso ha cambiado, desde que estoy con Bea me he dado cuenta de que he sido un idiota con las chicas.
-Debe ser buena chica para soportarte.-sin querer Amaia sonrió por primera vez ese día.
-Que va! Somos muy iguales y nos entendemos.
-Se me han pasado las ganas de conocerla la verdad. Si es igual de chula que tú...-los dos ríen.
-Pues espero que no tengas hermanos, porque si tu madre tiene que aguantar a vacilonas como tú, tiene tela.
La actitud de Amaia entristeció al recordar a su madre, para ella lo era todo, pero siempre andaba trabajando y de viaje de negocios, así que casi siempre se quedaba sola en casa. Para Alfred no se le pasó desapercibida el cambio de ánimo de Amaia, pero no le dio importancia, apenas se conocian. Pasaron un rato sin hablar hasta que Amaia llegó hasta su casa.
-No tengo hermanos, pero tengo un perro.-dijo mientras intentaba encontrar las llaves de casa.
-Yo tampoco, pero tengo un padre muy guay.
-Mierda! Mierda!.- la desesperación de Amaia era real, para variar se había olvidado las llaves en casa, y no tenía a nadie que le abriera
-¿Que pasa?
-Me he dejado las llaves en casa, Joder!
-Pues llama y que te abran.- dijo riendose de ella.
-Como no me abra el perro, bueno da igual, me esperaré aquí hasta que venga mi madre.- al acabar esto Amaia se sentó delante de la puerta, normalmente cuando le pasaba algo así, iba hacia casa de Aitana, pero ella ahora no estaba y lo más probable esque su hermano estubiera dentro.
-Puedes irte, me puedo esperar sola.-dijo al ver que Alfred se había sentado a su lado.
-No quiero que te quedes sola, por si te pasa algo.-dijo riendo.
-Y que vas a hacer, esperar hasta que venga Aitana o alguien, puedo estar sola, lo he estado siempre, no te preucupes.
-No me voy a ir, bueno solo con una condición.
-¿Y que tengo que hacer para que te marches de una vez?
Alfred le miró pensativo y se decidió a hablar.
-Vente a mí casa.- Amaia abrió los ojos más que nunca y negó con la cabeza.
-Vale está claro, no has cambiado.
-Solo somos amigos, podemos empezar a mirar lo de las canciones y todo.
-Haber haber, para el carro, como vamos a ser amigos si para lo único que hemos hablado ha sido de tí
-Pues nada, voy a pasar toda la tarde aquí.
-Yo me piro.- y al levantarse y ir hacia la acera se chocó con alguien.
-Ay! Perdona lo siento muchísimo.-pero cuando Amaia levantó la cabeza, no lo sintió tanto.
-No cambias Amaieta.-dijo Marcos y siguió paseando al perro. Amaia no podia creer lo que había escuchado de su boca, acaso habían arreglado algo para llamarla así.
-Sabes que, mejor vámonos a otro sitio.-dijo convencida de lo que acababa de hacer. Se fue dejando su casa atrás y sin ningún destino a donde ir caminando sin rumbo, Alfred la alcanzó minutos después.
-¿Que, el chico ese te ha hecho cambiar de idea?
-Para nada, simplemente me lo he pensado mejor, y estar sentados tanto tiempo no nos conviene.
-¿Donde se supone que vas?.-Alfred le agarra el brazo y Amaia por obligación se para.
-¿Que haces?
-El trato era ir a mi casa, sino mira, yo me vuelvo a tu puerta y luego saludo a tu madre, seguro que es mas maja que tú.
-Pues mira si soy tan borde como dices, ¿Porqué me has estado siguiendo todo el rato?.-se quedan los dos en silencio.
-Mira no hace falta que me respondas, centrate en Bea, nos vemos mañana.
Definitivamente, ese había sido el peor día de la historia de Amaia: entre el trabajo, Alfred, las llaves, Marcos y la discusión de ahora, no podía más. Se marchó rápidamente dejando a Alfred con la palabra en la boca, y se fue también intendando reprimir las lágrimas de ese día de mierda.

Holaa!
Grácias por el apoyo que está recibiendo esta novela, estoy miy feliz por lo comentarios y todo.
¿Que os parece la actitud de Alfred?
¿Y la de Marcos?
Bueno os leo, si veo que tiene mucho apoyo esta noche puede haber otro.
Aleew chauuu
☀️💐

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