• Remplazo • (Alfred x Mystery)

• 4 •

Hoy, un nuevo amanecer, el mismo sufrimiento de siempre. Todos los días eran lo mismo desde aquella vez que Mystery mancho su cuerpo: despertar, arreglarse, ir a trabajar, soportar las múltiples humillaciones que su jefe le hacía pasar al cual uno que otro subordinado se unía (por persuasión del más alto, claro), llegar a casa, encerrar toda su depresión en la habitación y llorar como una nena de secundaria; pero no siempre era así, aveces también lloraba en el baño(?).

Kao estaba conciente de la mala racha de su amor, así que decidió organizar algo muy especial para levantarle el ánimo. Era un niño muy dulce y de buenos sentimientos, quería ganarse su afecto más que nada en el mundo, por lo tanto mantener aún que sea una pequeña sonrisa en el rostro de Alfred era su labor de cada día, aún que no siempre lo lograse. ¡Para el era un honor que algunas de ellas fuesen solo para el!

Era domingo, era un día de descanso para el can, ya todo estaba listo tan solo faltaba que este saliera de su cueva de la tristeza.

— ¡Al! Por favor abre la puerta, tengo algo que mostrarte -golpea está suavemente pero nadie responde- que extraño, es la 1 de la tarde, ya debería estar despierto..

Del otro lado de la puerta la obscuridad reinaba en su totalidad, ni siquiera un tenue rayo de luz se asomaba a través de las cortinas. De bajo de la sábana y una que otras almohadas, se escondía Alfred, sin ganas de nada como siempre.

— grrr.. -gruño por el molesto sonido de los golpes de su compañero de casa.

— ¡Alfred! ¡Respeto tu privacidad, pero reafirmó mi autoridad como amigo entrado de todos modos! -finalmente tumba la puerta de una patada voladora-.

— ¡Gyaaaa! -se hace bolita dentro de la sábana-.

— ¡Despierta señor sol! ¡Hoy es un lindo día, levanta ya tu trasero de esa pocilga! ¡ARRIVA, ARRIVA, ARRIVA! -hace las almohadas y la sábana aún lado, para después abrir las cortinas permitiendo el paso de la luz del sol.

— ¡Ghhhaaaaa! ¡Maldición, mi ojo! -se lo cubre intentando no quedarse ciego-.

— ¡Ya estoy cansado de verte así! Ahora, tomarás un baño, te arreglarás y vendrás a la sala para recibir mi regalo ¡QUIERAS O NO! ¡JUM! -pone las manos en su cadera y da media vuelta para irse de ahí-.

— ... -bueno, ya era una hecho no poder negarse ante eso.

Después de haber todo lo que la cabra le había ordenó de que hiciera, llegó finalmente a la sala, donde el castaño se encontraba parado de espaldas para darle un efecto dramático.

— ¿Y bien? ¿Cuál es el regalo del que me hablabas?

— pues -pauso unos cuantos segundos-- ¡AQUI ESTA! -se la vuelta y al mismo tiempo le muestra dos pequeños papeles-.

— ¿Que son? -alzo una ceja-.

— ¡Boletos para ir al cine tontito! ¡Wujuuuuuuuu!

— oh

— ¡será muy divertido! Has trabajado tanto últimamente, te ví cansado y deprimido que te mereces un relajarte...

— pero yo--

— me costó mucho conseguir el dinero  para ello, pero lo hice por que te quiero mucho y no me gustaría que algún día de estos mueras de estrés o cansancio, eres... Muy importante, para mi -le abrazo mientras sollozaba, haciendo que su nariz se agite un poco, igual que un conejito asustado.

— ... -la imagen era simplemente adorable, además no podía rechazar el acto tan noble de su amigo quien se había tomado la molestia- de acuerdo, vámonos.

— ¡Si! -sonrió con victoria, de una manera veloz tomo su cartera y la mano del rubio para después salir volando hacia la puerta.

— ¡O-Oye, oye no tan deprisa!

Mientras la pareja de jóvenes se dirigía hacia el cine, la misma sombra alta del otro día les perseguía tratando de no ser vista por nadie.

« Un poco más tarde... »

— ¡Llegamos temprano, que bien!... Uh, ¿Alfredo Godofredo?.. -se acerca donde el-.

— n-no... Ahh.. no s-siento las piernas... ¡Creo que estoy lisiado! ¡AIUDA! -respondio jadeante tratando de recuperar el aliento, no estaba acostumbrado a tanto esfuerzo físico-.

— ¿Que? No seas ridículo ¡Solo fueron 10 kilómetros! Yo me siento bastante bien -sonrio-.

— soy muy viejo para esto -carraspeo la garganta-.

— si, si, como digas. Bueno, ¿Que película quieres ver?

— mhnn... -mira los carteles de las películas que se mostraban actualmente- esa.. -señala a una en específico-.

— ¿"Hombre solitario"? ¡ALFREDO! ¿¡KESESO!? -le mira con cara de khe berga-.

— ¿Que? Tiene mucho drama..

— bueno, si quieres ver algo con mucho de eso ¿Por que no mejor vemos esa de allá? -la señala-.

— ¿"Bajo la misma estrella"? ¿Que no es una película popular entre las niñas pendejas, que solo buscan llamar la atención, creyéndose totalmente diferentes y especiales ante los demás, pero igualmente son todas iguales de un mismo grupo que fomenta el retraso y la vergüenza ajena?

— me gustaría tener cáncer para encontrar el amor verdadero 😍❤😥 -dijo una joven a su lado mirándole con intenciónes peligrosas como la chaparrita contestona y de mal carácter que es, ganándose dos miradas de disgusto, una por parte de Kao y la otra por la sombra misteriosa(??)-.

— .... Voy a fingir que no escuché eso -volvio a revisar las opciones- humnn... ¿Qué tal esa?

— ¡Oh, si! Dicen que está muy buena

— de acuerdo entonces esa será.

Después de pagar la comida y bebida, ambos entraron a su respectiva sala y buscaron sus asientos, un lugar un poco alejado de los demás pero estaba bien, ya que la pantalla se veía con mejor amplitud.

La sombra se escabullo a donde ellos, pasando desapercibido sonrió para si mismo, era hora de que sus malas intenciones dieran por inició.

Continuará...