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Varias prendas de ropa estaban regadas por el suelo, botellas que derramaban un poco de alcohol también. Mystery abre los ojos con pereza y nota que el can ya no esta a su lado, eso le hizo sentir un poco frustrado, realmente le hubiera gustado que la primera imagen del día fuera el bonito y bien dotado trasero de Alfred.

La noche anterior fue agradable, mucho mas divertida que otras. Se sentó al borde de la cama y noto algo en el suelo que no era de su propiedad: una corbata, seguramente de su subordinado; la recogió y la miro detenidamente, para después oler la, como todo el acosador depravado que es.

— Oohh, si~ definitivamente es de el -ronroneo-.

Se dejo llevar por la placentera sensación de triunfo, aun así no le duro mucho al divisar la foto que tenia de su antiguo amado en la mesita de noche; la tomó entre sus garras haciendo a un lado la corbata del can para observar detenidamente, el sentimiento de melancolía volvió a invadir le, algo que le era sencillamente inevitable.

Guardo aquel retrato y bajo llave en uno de sus cajones, no le vería más por el momento. Ahora tenia una nueva perra a la cual quería disfrutar por un tiempo, mientras las cosas entre el gato y el erizo se arreglaban.

Si, Mystery aun sentía algo por Rex, ¿Como no hacer lo? Si fue el chico que se mantuvo a su lado en todo momento; sin embargo esta vez era muy diferente, había traspasado la línea, ya vería como se las arreglaría. Por el momento se encargaría de desahogar sus sucios deseos con su perra personal.

[ ... ]

Las manecillas del reloj marcaban las 6 en punto de la madrugada, una tierna cabra reposaba en el sillón favorito de su compañero de hogar, con una cálida mantita que cubría su cuerpo; estuvo esperándolo desde hace varias horas, angustiado y solo, inevitablemente el sueño término por ganar le desde hace poco.

El sonido de unas pisadas y llaves fueron suficiente como para despertarle de golpe, observo una silueta muy familiar y alta entrar a la estancia, esta trato de escabullirse hacia su habitación, lamentable la luz de una lampara de noche estropeo sus planes, deteniendo su andar en seco.

- ¿donde estabas? ¿Y por que llegas a estas horas? -interrogo el castaño, como si de su celosa esposa se tratase- ¡c-contesta!

- Ugh... No tiene importancia.

- ¿¡disculpa!? ¡estuve toda la noche en vela, esperando tu llegada! ¿¡como que eso no tiene importancia!? ¡me hubieras llamado si quiera!

- calma te, ya llegue ¿si? -le mira un poco fastidiado y con notable cruda-.

- ¡pensé que algo malo te había sucedido, estas...! -olisquea el aire- ¡y además apestas a alcohol!

- no te sorprendas, sabes que algunas veces voy por un trago después de trabajar

- ¡si, pero siempre llegas temprano! ¿con quien estabas?

- eso no te incumbe -tuerce la mirada-.

- ¡claro que si, me incumbe por que me importas y lo único que quiero es cuidar de ti! -algunas lágrimas comenzaban a asomarse por sus ojos-.

- ¡bUENO, YA! ¿¡QUIERES CERRAR LA BOCA!? ¡no puedo pensar así, tengo una jaqueca del demonio, y tus malditos gritos no ayudan!

Eso basto para callar al menor, quien comenzó a temblar un poco y el agua que se alojaba en sus ojos finalmente bajo por sus mejillas. Alfred al ver le así se sintió igual que una basura.

Se rasco la nuca y trato de desviar la mirada para no sentirse tan culpable, pero los sollozos del pequeño chico comenzaron a subir de tono y eso le hacia sentir mucho peor.

Sin previo aviso le dio un abrazo, haciéndole callar al instante, estuvieron así unos cuantos minutos, los sollozos y las lágrimas se habían terminado. El silencio reino por unos minutos hasta que Alfred decidió terminar con este.

— lo siento, no debí gritar te de esa forma.

— es-esta bien, solo estabas presionado -se talla los ojos y poco a poco su respiración vuelve a la normalidad-.

— no, no lo esta, tampoco es excusa para levantarte la voz. Es solo... Que no quiero agobiar te con mis problemas, después de todo tu has hecho tanto por mi.

— Al... -sonríe y le mira directamente- yo sólo quiero ayudarte, cualquier problema que tengas ¡puedes decir me lo!

— bueno... No creó que quieras saberlo -le mira incomodo-.

— ¡Oh, por favor! Dime lo, no omitas ningún detalle ¿que tan malo puede ser?

Unos 30 minutos de platica incómoda y repulsiva mas tarde...

El can estaba recargado en la puerta del baño mientras escuchaba como la pobre cabra regurgitaba la cena de ayer.

— te lo advertí.

— s-si, si -sale cerrando la puerta tras de si mientras se limpiaba la comisura de sus labios. Estaba asqueado y... Destrozado por lo que le había ocurrido a su amor secreto.

— No hay duda, es asqueroso, pero aun no resuelvo el embrollo que hay en mi cabeza.

— descuida, todo va a estar bien -le acaricia el brazo con una débil sonrisa forzada-.

— me gustaría salir a caminar un rato.

— esta bien... S-Solo ve cuidado

— no me tardo -acaricia la esponjosa cabellera color café, toma su cajetilla de cigarros y se marcha de ahí-.

Kao se sentó en la alfombra de la estancia y cubrió su rostro con sus manos, desahogando el horrible peso que tenia en su pecho.

Continuará...

N/A: ¿Que paso amiguitos? :)

Perdón si este capitulo no era lo que esperaban, tuve varias complicaciones, ya que hace 2 semanas aproximadamente alguien robo mi teléfono, en el que llevaba gran parte avanzada de la historia.

Por lo tanto tuve que hacer todo de nuevo. Espero y les allá gustado, gracias por el apoyo que le dan este intento de libro, perdón por la mala ortografía. Me pone muy feliz leer sus comentarios :'3

• Remplazo • (Alfred x Mystery)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora