Capíltulo 7.

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-Lucía-

Me extrañó mucho que Raoul me hablase. Nos conocimos en un retiro y la verdad es que congeniamos bastante bien. Nos hicimos muy amigos, incluso más que eso. Llevamos sin vernos desde este verano y la verdad es que tengo ganas.

(Whatsapp)

Lucía: Claro! Damos una vuelta y lo que surja... jajaja. Te veo a las 18:00 en el polígono.♥️

-Raoul-

Hoy voy a hacer lo que me de la gana. Lucía y yo nos liamos varias veces y la cosa hubiese ido a más si no nos hubiesen interrumpido. Le tengo ganas y me da igual Agoney. Lo siento por él pero sé que si lo nuestro va a más me puedo enamorar de él y no quiero. No me da miedo el qué dirán, pero tampoco quiero hacerme falsas ilusiones. Así que a la mierda todo.

(6:00 pm)

Lucía: Raouuuuuuul!!!!!- se avalanza a él y le abraza fuerte.
Raoul: joder cuánto tiempo. Estás igual de guapa.
Lucía: tú también, se nota que has seguido yendo al gimnasio...-
Raoul: por supuesto. Tenía muchas ganas de verte.
Lucía: y yo. Te he echado de menos.

Raoul se acercó a ella y le dio un beso corto. Ella sonrió y ambos comenzaron a caminar. La tarde había pasado volando, conversaron de sus vidas y se pusieron al día.

Raoul: te apetece subir a mi casa? Estoy solo.
Lucía: no me lo digas dos veces.

-Raoul-

Cuando estabamos arriba, Lucía se avalanzó sobre mi. Empezo a besarme apasionadamente y yo me dejé llevar. Le quité la camiseta y la tiré en el sofá, pero antes de poder hacer nada ella me sentó y empezó a bajar por mi abdomen hasta mi bragueta. Desabrochó la cremallera de mis pantalones y los bajó junto con mis calzoncillos. Entonces cogió mi miembro con sus dos manos y, tras mirarme seductora, se lo introdujo en la boca. Era grande y no le cabía entero, pero la presión que hacía con sus labios era muy placentera. Empecé a gemir y ella fue aumentando el ritmo. Me miraba con ojos triunfantes y yo sólo podía seguir gimiendo. Estaba a punto de llegar al climax.

Raoul: Dios, voy a correrme-dije con voz entrecortada.

Y lo hice dentro de su boca.

-Narrador omnisciente-

Raoul:buah, eso ha sido increíble Agoney.

Justo al pronunciar estas palabras, los dos chicos se miraron confundidos, y Raoul empezó a tener un poco de miedo.

Lucía: Agoney?
Raoul: lo siento, no sé en qué estaba pensando.
Lucía: yo sí que lo sé Raoul. Hoy me has hablado de ese chico, Agoney, más veces de las que probablemente recuerdes. Venía a tu mente muy a menudo y yo me daba cuenta, pero pensaba qué erais muy buenos amigos.
Raoul: y eso es lo que somos, amigos.
Lucía: yo no creo lo mismo. Uno no pronuncia el nombre de su amigo justo al acabar de tener un orgasmo.-dijo levantándose del sofá.- Creo que debería irme.
Raoul: Lucía, lo siento mucho de verdad. No sé en qué estaba pensado. Últimamente estoy confundido.
Lucía: no lo sientas. Simplemente no tengas miedo de querer a nadie, es lo peor que puedes hacer. Yo no te guardo rencor, entiendo por qué lo has hecho por experiencia. Sólo llamame si necesitas una amiga.
Raoul: Gracias, te quiero.

Se abrazaron y ella salió por la puerta. Esa noche Raoul reflexionó en su cama, esperando respuestas de las que ni siquiera conocía las preguntas. Y entre duda y duda, se durmió.

No sin ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora