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- No sé si pueda hacer esto Hyung... - Dijo el menor mientras se encontraba sentado en la banca de los vestidores con el bolso a sus pies, dudando sobre si era correcto tomar el riesgo de representar a todo el equipo en los regionales en algo que no era su especialidad - ¿Qué pasa si no logro mantener el ritmo? ¿O comienzo a desesperarme y vuelvo a tener un accidente? No puedo ser la decepción de todo el mundo Min, no de nuevo... -



Yoongi sabía exactamente a lo que se refería Jimin, después de todo era notorio en las prácticas que el chico aún no se sentía cómodo en el agua, que los nervios le consumían de sólo pensar que habrían evaluadores observándolo, que su respiración se aceleraba cuando consideraba la distancia de 400m. que debería de recorrer por su cuenta porque el mayor no era capaz de volver a ser la estrella. Le dolía ser culpable de aquello, no podía superar el hecho de que era su responsabilidad que Jimin se encontrara en aquella situación en este minuto, y todo por su estúpida enfermedad que decidió ocultar hasta explotar, los tatuajes no eran sólo un arte en su cuerpo al fin y al cabo.

Contuvo aquella ira que siempre le inundaba su interior cada vez que recordaba su pasado en el minuto que vio los ojos del menor llenos de lágrimas producto de su estado anímico, y es que esa mirada siempre fue lo que le hacía verse reflejado en él, o incluso más que eso, pero aún no tenía claro esos sentimientos. Sin embargo, era hora de aclarar aquella confusión, de liberar esa nebulosa que ya llevaba meses atormentándole, y este era el momento perfecto para comenzar a unir todos los puntos que nublaban su cabeza.

Sin siquiera dudarlo tomó a Park de sus brazos y lo levantó, moviéndolo hasta los casilleros que se encontraban en su espalda, reduciendo la distancia entre ellos al mínimo, y lo miró fijamente, observando cada detalle del rostro que, al parecer, había llegado a apaciguar aquella llama que siempre amenazaba con corromper todo a su alrededor. Un suspiro escapó de sus labios luego de unos minutos mientras bajaba su mirada, ya había visto lo que necesitaba y ahora se disponía a hablar como nunca antes lo había hecho.



- Sabes que no me interesa en lo más mínimo tener que verte remplazándome, que considero que es la peor decisión que ha tomado el entrenador en un largo tiempo - Decía en un tono neutro y que hizo al menor poner una mirada algo sorprendida

- ¿En serio esa es tu forma de darme ánimos Yoongi? Porque si es así... -

- ¿Podrías cerrar tu maldita boca por un minuto? ¿O es que acaso ni siquiera sabes hacer eso mocoso? - Park obedeció de inmediato, dejando de hablar, y el mayor volvió a levantar su mirada, una mirada que ya no tenía rastro de la llama alguna que siempre vivía en él. - Como decía, sabes que pienso que todo esto es una mierda. Pero también te he visto nadar Jimin, y aunque odie admitirlo lo haces a la perfección; claramente te falta entrenamiento, porque hasta un infante duraría más que tú en aquella pista, pero cuando te concentras... Park, cuando te enfocas en simplemente disfrutar, todos tus dotes de nadador salen, están ahí - Tocó su pecho con su mano, en la zona donde se encuentra el corazón de toda persona - ¿Y si simplemente dejas de preocuparte de los ineptos? -

- Vaya... Al parecer no eres una mierda como todos dicen - La voz salió débil, casi inaudible, y Jimin era consciente de aquello, pero finalmente tenía a Min como siempre lo quiso tener. Sin pensarlo, tomó la barbilla de su hyung, algo que sorprendió al chico de tez blanca. - Puede que me odies el resto de tu vida por lo que haré, pero no logro contenerme más Hyung... -



No esperó respuesta del contrario, y sin duda en su interior, acercó sus labios a los del mayor, para besarlo como había soñado desde el minuto en que Yoongi le daba ayuda fuera de los horarios de entrenamiento para convertirlo en el mejor nadador del equipo. Un beso lleno de ternura y respeto, pero donde el amor era el sentimiento que primaba. Esperaba un golpe, un empujón, alguna reacción que le hiciera frenar, pero le sorprendió lo que decidió hacer el mayor.

Yoongi pasó sus brazos por detrás del cuello del menor, tomando fuertemente su nuca y correspondiendo con intensidad el beso, exigiendo que Jimin le permitiera abrirse paso entre sus labios para poder introducir su lengua en su cavidad bucal, algo que el menor aceptó de inmediato para luego poner sus manos en el pecho de su Hyung y sentir cada músculo pectoral tonificado debido al ejercicio.

Se besaban como si no hubiera mañana alguno, con una desesperación excesiva, mientras el menor recorría el pecho del mayor y Min tiraba levemente el pelo de Park, haciendo que éste gimiera cada vez que se le permitía respirar, gemidos que aumentaban en su intensidad cuando Yoongi pegaba su cadera con la de él, permitiendo que Jimin sintiera el miembro erecto del mayor incluso con la ropa interponiéndose. Fueron los minutos más hermosos del menor, minutos que llegaron a su fin cuando el chico de pelo ahora rojizo se separó rápidamente de él, y sintió un leve rubor alojarse en sus mejillas.



- Lo siento, de verdad que no podía aguantar más Hyung - Estaba algo avergonzado de su actuar, después de todo jamás se había arriesgado de tal manera por alguien, ni siquiera por HakYeon, algo que le hizo bajar su mirada. Sin embargo, aquello no duró mucho cuando sintió la mano de Yoongi en su barbilla, quien le obligó a mirarle.

- Mierda Jimin, siempre disculpándote - Rió algo sarcástico, algo que no ayudaba en la confusión que experimentaba el menor. - Tan ingenuo e infantil que eres, y aún así conseguiste enamorarme, realmente eres un hijo de puta con suerte... -



•• Burbujas secretas •• YoonMin ••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora