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- ¿En serio crees que caeré tan bajo como para ser el capricho amoroso de un mocoso? - Mencionó TaeHyung con un tono tosco luego de que escuchó todo el plan de HoSeok - El chico es bobo, ambos lo sabemos, no es necesario que caiga en ese juego.


- Exactamente por ese mismo motivo tienes que hacerlo caer en el juego Tae. - Dijo un calmado Jung mientras tomaba algo de la limonada que su amigo le había servido. - La idea no es solo destruir a Park para que se aleje de la piscina...


- Es aislarlo por completo para que se vaya de Seúl, lo sé, lo sé. - El tono de burla era claro, pero HoSeok dejó pasar aquello, estaba acostumbrado al carácter algo sarcástico y negativo de su amigo de años. - Sólo prométeme que con esto JiMin caerá y no será el capitán del equipo, y que YoonGi no saldrá herido.


- ¿Cuántas veces necesitas que lo prometa para que finalmente me creas? - Una mirada curiosa se asentó en el rostro de HoSeok, y era sincera, realmente no entendía por qué siempre tenía que repetir sus planes a todo el mundo ¿Acaso nadie confiaba en su estrategia? - Prometo todo lo que pides. - Una sonrisa sincera y falsa a la vez se asomó en su rostro, algo que hizo suspirar a TaeHyung y volver a tomar asiento en el comedor.


- Bien, entonces ¿Qué debo hacer exactamente? No quiero perder mi tiempo con alguien que no lo merece. - Una sonrisa algo maquiavélica se asomó en el rostro del menor, quien escuchaba con atención el plan.




Una vez tuvo todo claro, tomó una chaqueta que tenía colgada y su bolso gastado que le había regalado su abuela antes de fallecer, lo único que le quedaba de ella, y emprendió su camino mientras se despedía de un alegre HoSeok. Aún no comprendía cómo el chico podía mantener aquella postura en su semblante, después de todo estaba arruinándole la vida a alguien. Pero aquello no lo acomplejó, no cuando se trataba de arruinar a Park, a alguien que le estaba quitando a su mejor amigo y que lo estaba haciendo cambiar de formas que no pensaba posible, tenía claro que había que sacarlo del camino, por el bien de Min, al menos eso se repetía con cada paso que daba hacia la casa de Jeon.


Pasaron unos minutos y finalmente encontró la calle que tenía que buscar, y quedó bastante asombrado al encontrarse diversas casas de estilo antiguo en el barrio, todas con jardines cuidados a la perfección, veredas y calles formadas con pequeños bloques de cemento ubicados uno al lado de otro en diversas formas, formando así un collage grisáceo inesperado. No podía creer que barrios así existieran aún, y su deseo por dibujar cada detalle creció. Quería ignorar su pasión, como lo hacía hace mucho tiempo ya, pero ver tal escenario e imaginar lo feliz que podría llegar a sentirse de volver a tener un lápiz en su mano le daba esperanza.


Sin embargo, recordó lo que le prometió a su abuela antes de fallecer, de que sería un estudiante excelente y dirigiría las mejores compañías de imprenta del país, y aquello le permitía seguir bloqueando su pasión, porque el dibujo no le servía para cumplir con aquello, porque su pasión le era una distracción de su objetivo real, porque, se decía a sí mismo para no mostrar tristeza, cumplir con su palabra debía ser más importante que cumplir con su sueño o seguir su pasión, porque así el resto sería feliz, y por consecuencia el podría llegar a serlo, eso era lo que esperaba.


Suspiró luego de aquel conflicto propio que tuvo por unos minutos, y siguió su caminata hasta encontrar aquella plaza que Jung le había mencionado en su detallado plan, y tomó asiento en la banca que daba vista total a la calle donde transitaba la gente. Ahora solo le quedaba esperar, hundirse en su mente y repasar cada detalle de lo que tenía que realizar para conseguir su objetivo, pero aún así se cuestionaba si era correcto jugar de aquella forma con las personas, sobretodo cuando estabas enterado de aquel sentimiento de por medio que era unilateral ¿Realmente era necesario alcanzar tal punto?

•• Burbujas secretas •• YoonMin ••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora