Presente...
Despertó y vio el reloj en la pared, eran las 10 y cuarto de la noche y seguía en la camilla de su habitación, lo que significaba que algo no andaba del todo bien. Park recordaba que la enfermera le había dicho que luego de hablar con su doctora de cabecera podría irse y seguir con su vida normal, al menos dentro de lo que él sabía eran sus capacidades, pero jamás se presentó en su habitación. Su madre tampoco se encontraba en el pequeño pero cómodo cuarto, y en su mente sólo pensaba en las peores situaciones, algo común luego de tener una crisis de pánico que, a su juicio, era de un nivel devastador.
Cuando comenzaba a inquietarse sintió la puerta abrirse y pudo respirar mucho más tranquilo al ver la sonrisa de su madre mientras se ubicaba a su lado, volvía a sentir la calma que necesitaba en ese minuto, la medicación ya comenzaba a dejar de hacer efecto. Sin embargo, la calma no fue muy alta en el minuto que la doctora entró unos segundos después, y decidió acomodarse en la camilla, listo para escuchar el mismo discurso que cada vez tenía que verla, al menos eso pensó hasta que comenzó la conversación.
- Park, esperaba no tener que volver a verte en esta situación después de un año, pero creo que es la única forma de asegurarnos que sigues con tu tratamiento. - Su voz neutra sorprendía al chico, estaba claro que la doctora se informó de sus registros antes de consultar con él - Y por lo que averigüé ya llevas más de 6 meses fuera de éste.
- Oh... sobre eso - Mencionó algo nervioso, ahora la mirada de su madre denotaba confusión, le había dicho que había mantenido su promesa y ahora se veía entre la espada y la pared. - La verdad es que... con los estudios y actividades no he tenido mucho tiempo para visitar al terapeuta...
- ¿Terminaste con tus justificaciones ficticias o prefieres continuar el espectáculo? - Dijo su doctora mientras se sentaba en la mesa cercana y continuaba completando los reportes - Hace un mes dijiste que era por ese motivo, hace dos porque ya no lo necesitabas, hace tres porque tenías que apoyar a tu madre en su divorcio, hace cuatro porque sentías que no era necesario... ¿Continúo leyendo? - Cerró aquello con un suspiro.
- Park... ¿En serio llevas todo este tiempo sin apoyo? Prometiste... - Su madre se encontraba estupefacta, se comenzaba a dar cuenta del poco tiempo que compartía con su hijo y lo mal que estaba llevando las cosas, se sentía culpable obviamente pero también herida, ya no sabía si podía confiar en su propio hijo, quien mantenía la cabeza baja.
- Lo siento... En verdad... - Un leve sollozo se hizo oír en el cuarto, ambas mujeres ahora algo más comprensivas - Sentía que tenía todo bajo control... que ya no era necesario seguir adelante con todo esto... No quería seguir siendo una carga...
- JiMin... - La doctora se acercó al menor, manteniendo la distancia necesaria debido a su empleo pero tratando de ser lo más sensible en su caso - Debes entender que no eres una carga, como siempre te he dicho, que es un problema que va más allá de ti, es algo que no puedes controlar... Pero no puedo seguir insistiendo con aquel discurso ¿No crees? - El pequeño le miró algo sorprendido, tenía claro que su problema era algo que en este minuto no podía controlar, pero tampoco quería sentirse inútil, una complicación común de su estado. - ¿Cuándo planeas decirle a la gente que has visto a HakYeon y lo que ocurrió hace unas semanas por aquello?
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•• Burbujas secretas •• YoonMin ••
Fanfic«Fue en el momento que tomó de mi cintura en aquella piscina que supe me había enamorado del chico tatuado.» Jimin era un chico de dieciocho años que había sido seleccionado para integrar el equipo de natación de la Universidad de Seúl en el minuto...