capitulo1

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—Mmm. Eso está muy bien. No te detengas, nene. Por favor, no te detengas nunca.

David se agachó y hundió los dedos en los mechones de ébano y cortos. El calor húmedo rodeó su pene, malditamente cerca de tragárselo entero. Se resistió a la tentación de empujarse en su boca cálida y dispuesta. No quería hacerlo demasiado duro, tenía miedo de poder causarle daño al hombre que actualmente lo chupaba.

Nunca le haría daño a su compañero. Fuertes dedos fueron a su alrededor y jugaron con las pelotas de Dave, con los ojos casi negros de su compañero bailando maliciosamente. Dave pensó que había muerto e ido al cielo. Gimió, el hormigueo en sus bolas fue más fuerte ahora. Estaba cerca. Tan jodidamente cerca que podía saborearlo.

Chispas de placer hormigueando corrían por su espina.

—Me correré. —Eso fue todo lo que pudo dejar salir, su cerebro tuvo un cortocircuito al minuto que la boca húmeda golpeó su pene. Su compañero asintió, su lengua acarició la cabeza del pene de Dave.

Le chupó el pene como si fuera el último trozo de caramelo de hombre en el mundo y estuviera decidido a conseguir un pedazo. David estalló en la boca de su compañero, con el placer tan intenso que casi malditamente se bloqueó. Todo su cuerpo se apretó mientras ola tras ola de puro placer brotaban de él en Ben Malone.

RING. 

David movió la caída de cabello oscuro lejos de los ojos oscuros, casi negros, y sonrió. Los labios de su compañero se entre abrieron, brillantes, regordetes por la succión que le había dado al pene 

RING.

Él frunció el ceño. ¿Qué cojones? Las cejas de Ben se levantaron y abrió la boca una vez más. En el interior, su lengua se había convertido en un teléfono.

RING.

David se levantó, con las sábanas pegajosas, con su cuerpo todavía palpitante de los mejores orgasmos que jamás recordaba haber tenido. Tomó su teléfono, echando un vistazo al identificador de llamadas, y arrojándolo al otro lado de la habitación. Fuera lo que fuera, Rick podía esperar.
Dave estaba luchando contra la madre de todos los dolores de cabeza y no estaba de humor para mucho más que dormir. A la mierda. Prefería soñar que vivir en la realidad de todos modos. En los sueños, tenía a su compañero. No tenía que ver el desprecio en los ojos de Ben o escuchar el disgusto en su voz cuando hablaba con Dave.

Por qué el destino había tenido a bien darle a un compañero que lo odiaba, Dave no lo sabía. La vida sería mucho más fácil si el compañero de Ben hubiera sido ese hijo de puta de Steve, el completo-humano que siempre estaba por allí. Entonces tal vez Dave podría haber encontrado a alguien de los suyos y estas migrañas nunca hubieran aparecido. David se levantó lejos de la sábana y salió de la cama. Ya era hora de hacerle frente al día, maldita sea.

Rick volvía de su viaje a Halle y Dave tenía que estar allí para saludar a su Alfa. El dolor de cabeza estaba creciendo de nuevo, poco a poco y aumentando gradualmente.
Tiempo con su corazón. Pronto, la náusea se levantaría, y Dave sería un inútil. Sólo esperaba que Rick llegara más temprano que tarde. Dave sólo quería volver al sueño sin dolor. Se duchó y se vistió en la penumbra de su cabaña. Cuando salió, un mensaje de texto le esperaba en su teléfono. El Alfa llegaría en los próximos treinta minutos, y quería el trasero de Dave en el porche delantero de la Pensión Lobo negro, listo para reportarle lo que había sucedido la semana pasada. David tiró de su chaqueta y gafas de sol oscuras y se dirigió a la casa principal. Escondió su mueca de dolor cuando vio lo que le esperaba. Ben, el Alguacil de la Manada, de pie con los brazos cruzados, miraba a Dave. Chela, la Omega de la Manada, le hizo una mueca de simpatía.

Encontrando  Tu perdon (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora