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—Un día más en la Universidad. —Pensé y tomé mi asiento en el aula.

—Hola HaEun.

—Hola Jeno — sonreí — ¿cómo has estado?

—Bien, te notas muy feliz, ¿puedo saber el por qué?

—Mark regresa de Canadá. —Sonreí.
Mark es mi hermano.

—Oh, me alegro por ti. ¿Crees que SanHa venga?

—No lo sé... —enseguida mi teléfono empezó a sonar. Tenía una llamada de SanHa, contesté.

—Hola, SanHa.

¿Buscas a tu amigo, niña? Una voz desconocida respondió.

Algo andaba mal.

—¿Quién eres y porqué tienes su teléfono?

—Eso no te lo diré, busca a tu amiguito en la dirección que te acabo de enviar, SanHa depende de ti.

Colgó.

Miré a Jeno preocupada.

—Te acompaño. —Él había escuchado la conversión, menos mal que en el salón sólo estábamos nosotros dos.

—Okay. —Revisé el mensaje con la dirección que aquél hombre me envió. —Está algo lejos, tomaremos un taxi.

—Vamos.

***

—¿En qué se habrá metido? —Preguntó Jeno.

—No lo sé y no creo que sea algo bueno.

—Aquí es, gracias señor —.Me dirigí al taxista, Jeno pagó la mitad del dinero y yo la otra mitad.

—¿Segura que es aquí?

—Sí, mira. —Le enseñé la pantalla de mi celular.

—Tú quédate atrás de mi y ten cuidado, ¿entendido?

—Sí.

El lugar en donde estábamos era una especie de casa abandonada. Entramos a un cuarto y vi a SanHa  tirado en le piso sangrado.

—¡SanHa! —Susurrré y jale de la camisa a Jeno.

—Tenemos que sacarlo de aquí.

—¿Lo puedes cargar?

—No creo. — Intentó cargarlo, pero los resultados no fueron buenos.

—¡Ya sé! Lo cargaremos entre los dos.

—Tú de un lado y yo del otro —.Dijo sosteniendo el brazo derecho de SanHa, yo sostuve su brazo izquierdo.

—Vamos...

—Tenemos que ir al hospital.

—¿Puedes marcarle a un taxi con tu mano libre?

—Déjame ver... —Saqué de mi pantalón mi celular con ayuda de mi mano derecha—.Sí puedo —empecé a marcar el número.

secrets ; sanhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora