𝟭𝟴

305 69 2
                                    

—¿Está todo bien papá? —Preguntó Mark.

—Sí, era un número equivocado. —Mintió MinSeok. Así no preocuparía a su esposa e hijo.

Mark y Yerim se voltearon a ver con notable confusión.

—Es peligroso que salgan solos a las calles; cada quién tendrá un guardaespaldas —MinSeok tomó su teléfono e hizo una llamada.

Mark y Yerim estaban atentos a lo que decía MinSeok. Hasta que un teléfono comenzó a sonar, para ser exactos, él teléfono de Mark.

—Es Jeno. Contestaré en mi habitación—. Yerim asintió y Mark fue a su habitación.

Hola Mark...

Hola Jeno. ¿Qué pasa?

—Nada, sólo quería saber si han sabido algo de Hae.

No aún... no. Cuando pase algo te lo diré. Es noche, duerme un poco.

—Está bien, gracias. Trataré de dormir. Cuídate Mark y también descansa. Adiós —Jeno colgó la llamada y Mark se acostó en su cama. En su mente divagaban imágenes con su hermana, recordaba cómo jugaban de pequeños, cuando se peleaban; él no podría vivir sin su única hermana.

Los minutos se convirtieron en horas, los ojos de Mark se cerraban a causa del sueño que lo estaba invadiendo, hasta que se quedó profundamente dormido.
Era la primer noche en donde dormía bien desde que HaEun estaba desaparecida.





HaEun PDV.

No sé cuanto tiempo llevo aquí.
Me siento sucia y cansada.
Espero que la policía me esté buscando y estén cerca.

—Tienes que comer, HaEun—. Dijo una voz conocida para mí.

—No quiero.

—Estás muy pálida.

—¿Y a ti que te importa mi salud?— Mi cara demostró furia.

—Más de lo que te imaginas.

—¿Acaso te conozco?

—No —. Se apresuró a decir.

—Mi cuerpo ya se entumió de estar sentada —me quejé.

—Ahm... Si te desato ¿juras que no correrás?

—Sí —me comenzó a desatar, mis muñecas se sentían rasposas al igual que mis tobillos. —No te agradezco por obvias razones.

Caminé por los alrededores, la venda que cubría mis ojos me molestaba, pero no impedía moverme.

—¿Me puedes decir por qué me tienen aquí? —Fue una pregunta tonta, ya que iba a ser obvio que no contestaría.

—Por tu familia, tienen mucho dinero.

—Tsk, ¿Y de cuánto es la recompensa?

—Doscientos millones de wons.

—Já, ¿creen que mis padres paguen todo eso por mí?—Una risa amarga salió de mí. —De seguro ni se han enterado de mi desaparición.

—Pues... Ya sacaron una alerta de tu desaparición a nivel mundial.

—Eso es... extraño.

—Ha terminado tu tiempo, te tengo que vol-

—Si, lo sé —me dejé guiar por él, me ató a la silla más rápido que nada.
—Una pregunta, ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Tres semanas.

—Oh.

Fuera del cuarto se oyeron pasos, luego la puerta se abrió.

—Yeol puedes marcharte. —Dijeron y luego cerraron las puertas.

Estaba sola.

secrets ; sanhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora