Deja que te cuide

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Dos chicas estaban apunto de reunirse una agradable tarde de primavera, en un lindo parque donde las hierbas rebosaban de alegria al haber sido regadas y de un llamativo color verde.

Sayaka, una adorable y risueña chica peliazul estaba decaida porque estaba enferma, pero no quería hacerle feo a su amiga Kyoko, por lo que quisó ir aún teniendo fiebre para demostrar que es amiga de sus amigas.

Fue la primera en llegar al lugar, por lo que se sentó en un banco que había por la zona.

Media hora más tarde, la astuta Kyoko llegó con un pocky en la boca y llevaba en sus manos una bolsa llena de comida.

Sayaka sin ver el contenido de la bolsa, sabía lo que había dentro de ella ya que conocía muy bien a su glotona compañera.

La pelirroja tenía que contarle algo. La otra vez quedó con ella le contó un poco sobre su vida y su familia ¿Pero qué le contaría hoy y por qué solo quería que fuera ella?
Fuese lo que fuera, debía ser algo importante.

Todo comenzó con una charla trivial, sobre el revoltoso tiempo que hacía, como les iba las clases, etc...

Kyoko notaba algo extraña a su amiga, siempre solía ser una tacaña exclusivamente con ella o al menos discutirle alguna cosa. Pero no, Sayaka estaba muy monotona y más simpática que de costumbre, por lo que deció intervenir:

-Oye Sayaka, estas muy rara... ¿Te pasa algo? -la pelirroja estaba preocupada- ¿Sabes que me puedes contar lo que sea, verdad?

-N...no, no me pasa nada -gira la cabeza como si no quisiera hablar del tema-

-Vamos.... suelta lo que es-

Trás decir esto, coloca la mano en la mejilla de Sayaka y nota que esta ardiendo. Pese a que la peliazul no le quisiera dar vueltas al tema y le apartase su mano de la cara, Kyoko nota que esta ardiendo y lo vuelve a comprovar poniendo su otra mano en la frente de esta.

-Dejame en paz, i...idiota- se aleja de su compañera-.

-¡¡¡SAYAKAAA, espera te acompañare a casa!!!- dice la pelirroja persiguiendola aunque estuviera siendo ignorada-.

Sayaka sale corriendo con las pocas fuerzas que tenía hacía su casa, no queria ser ayudada por su amiga, pero esta muy seria le sigue. Como la pobre estaba muy débil, al abrir lentamente la puerta es alcanzada por su hábil "rival", la cual entra a la casa.

-Hazme caso, necesitas descansar- insistente contempla a su enferma amiga mientras se ruborizan sus mejillas casi del mismo color que su pelo- Sayaka... quiero que estes bien para lo que te iba a confesar hoy-

-¿Q...que querías decirme hoy? -pregunta casi sin voz la peliazul, por fin haciendole caso-

-Deja que te cuide, primero -dice acercandose a su compañera lentamente- No soy buena enfermera pero quiero que te recuperes-

-No entiendo, ¿Por qué me quieres proteger y cuidadarme? Al principio me odiabas y ahora e...eres así -Sayaka se pone las manos en la cabeza intentando asimilar todo- ¿Que rayos te sucede?

-Tumbate en la cama, yo iré a por el hielo y el termometro -evitando las preguntas de su intrigada amiga-.

La peliazul no quiere discutir por lo que decide tumbarse en la cama y esperar hasta que su "cuidadora" le traiga el hielo para la cabeza.

Después de ya tener puesto el hielo, Kyoko le pone un termometro para ver su temperatura corporal. Al sacarlo de su boca, Sayaka tenía practicamente 39°C, a lo que sorprende a la pelirroja ya que no sabía como su amiga había aguantado tanto.

-K...Kyoko, lo siento mucho -con lagrimas en los ojos se disculpa- No quería preocuparte, pero quería saber que es lo que me ibas a decir-

La pelirroja suspira ocultando su nerviosismo, preparando lo que había pensado mucho tiempo en declararle.

-Sayaka, sé que nuestro primer encuentro y la primera vez que quedamos fue un desastre, luego me comencé a sentir mal por tí. Vi tu también te preocupabas por los demás como yo hice, eso me hizo fijarme en ti, aparte de ser una amable persona... Si me rechazas a partir de ahora lo entenderé, pero quiero que sepas que yo te amo, me da igual que dirá la otra gente. Tu mereces a alguien que te ame como yo lo hago, si decides quedarte conmigo no tendras que sufrir más por cierto idiota-

-N..no me esperaba esto, aunque creo que eres alguien maravillosa tras ese caracter rudo y aparte un tanto atractiva -dice sonrojada Sayaka- Así que me gustaría que ambas estuvieramos juntas, aunque prefiero que lo mantengamos en sectro un tiempo por si acaso...

-No tengo problema con eso, mi princesa -se tumba al lado de su ahora novia-.

Kyoko besa los dulces labíos de Sayaka, ella corresponde al beso impresionada. Era el primer beso de las dos chicas, estaban muy ilusionadas.


Tres días más tarde, la pelirroja fue contagiada de fiebre por lo que se quedó a dormir varíos días en la casa de su enamorada. 

Mami y Madoka, preocupadas fueron a visitarlas por antes de picar al timbre de la casa escucharon una discusión que provenía del interior de la casa.

-Kyoko, deja de moverte y no me quites la manta- dice la peliazul con bastante enfado- 

-No es mi culpa, que seas una egoista por querer toda la manta- refunfuña la pelirroja-.

Las amigas de estas, se miraron ríendo imaginando aquella situación que se ocultaba trás la puerta.

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⏰ Última actualización: May 21, 2018 ⏰

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