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—¡Zabdiel! — Me levanté, desconcertado —Yo no... —intenté explicar.

—¿Tú no qué? Te acabo de escuchar, Erick — las lágrimas salían de sus ojos como si fueran caballos de carrera, desatrampados por ganar—. Oí cuando se lo dijiste a Christopher, ¡eres un traidor! —gritó y al instante, sentí el sonoro golpe del puño de su mano contra mi mejilla, produciendo un ardor instantáneo y el seguro enrojecimiento de mi piel.

Tan duro fue el golpe que, la cara se me desvió hacía un lado y Christopher tuvo que retener a Zabdiel.

—¡Zab, tranquilo! —le ordenó, asustado.

—¿Cómo quieres que esté tranquilo? Si mi supuesto mejor amigo me traicionó, claro, ahora entiendo todo —no dejaba de llorar y el coraje era leíble en su rostro.

Los nudos se habían quedado atascados en mi garganta, y el corazón, hecho pedazos en mi pecho, latía angustiado. Mis lágrimas eran de amargura, deseaba fervientemente que todo esto fuera una pesadilla.

—¿Cómo no me di cuenta antes? ¡¿Y tú no pensabas decírmelo?! —me empujó y Christopher volvió a sujetarlo aunque era casi imposible por el gran tamaño de Zabdiel.

—Zabdiel...

—¡Te abrí la puerta de mi casa! ¿Y me pagas robándote a mi novio? —Seguía farfullando lleno de furia e hizo caso omiso a la voz de Christopher— ¡Qué estúpido! No puedo creer que tú... —se quedó a la mitad de la frase, le dolía bastante.

Lo conocía y sabía que estaba hecho pedazos, cosa que sólo sirvió para hundirme más en la miseria. Seguía sin poder hablar, sólo lloraba y miraba a Zabdiel—. Hace algunos minutos estaba llorando porque te ibas —farfulló—, ahora entiendo la razón, qué cobarde —siseó—. Pero ¿sabes? Me da gusto que te largues — me dio una última mirada despectiva, dolida, y se dio media vuelta para salir de la habitación.

Me quedé inmóvil, dejando que mis lágrimas se suicidaran sin piedad; respirar me era difícil y sentía que me faltaba el aire.

Christopher me miró, decepcionado.

—Ve —alcancé a susurrar, con el hilo de voz que salió de mi garganta—. No lo dejes solo.

Se me quedó mirando, era una mirada extraña, estaba entre la frustración y la angustia.

Pero enseguida salió detrás de Zabdiel.

Entonces me quedé solo.

Las lágrimas no se cansaban de salir y parecía como si nunca se acabaran, esto no debió de haber terminado así, ni siquiera debió tener comienzo. Me quedé en inmóvil durante un par de minutos y luego, miré a mi alrededor, ya no volvería a ver a Christopher y no había tenido la oportunidad de decirle adiós. Busqué con la mirada algún cuadernillo y divisé una hoja encima de su escritorio; tomé un bolígrafo y garabateé sobre el papel en trazos largos:

Me lo dijiste, lo sé.
Disculpa todo el daño que hice, que le hice a él. Era lo que menos hubiera querido que pasara. Agradezco todo lo que hiciste por mí, gracias por entenderme.
Fuiste mi mejor amigo y nunca voy a olvidarte.
Perdóname.
Te quiero.

_________

Lo dejé sobre su cama y luego, con un nuevo dolor en el pecho, salí de aquella hhabitación

Cuando bajé a la sala para cruzarla y llegar hasta la puerta, la mirada de la madre de Christopher me detuvo.

—¿Estás bien? —me preguntó. Mantuve mi mirada baja, avergonzado y negué con la cabeza.

—¿Quieres una taza de té? —me ofreció, afable.

—Tengo que irme, se me hace tarde. Gracias de todos modos —musité e intenté dar el primer paso hacia la puerta.

—Antes de que te vayas —dijo—, quisiera decirte algo —me detuve y giré sobre mis talones, despacio, la miré. Su rostro, dulce como el de toda madre, tenía un tono rosado en las mejillas, como un durazno. Su cabello era igual  que el de Christopher y del mismo color castaño que el de Joel. Me sonrió.
—La traición es algo muy fuerte —musitó, acercándose y la miré con ojos asustados. Ella rió—. Aquí las paredes no son muy sólidas —explicó—. Además uno intuye cosas cuando los ve salir por la puerta, llorando. Me sentí más avergonzado que antes y bajé la mirada. —Lo que quiero decirte —me levantó el mentón, con delicadeza—, es que la traición puede llegar a ser muy dura, muy profunda, viniendo de una persona a la que se quiere. Pero, más allá, el amor es más profundo y fuerte.—Me le quedé mirando, confundido, ¿qué era lo que me estaba diciendo? Sollocé. —Cariño —ella vio la confusión en mi rostro, tan palpable como mis lágrimas—. ¿Tú amas a mi hijo, Joel? —Se me paró el corazón, pero antes de que pudiera contestarle, ella siguió hablando— Zabdiel es un muy buen chico, trabajador, educado, Humilde; me gusta que Joel salga con él. Pero no se trata de lo que me guste a mi o al resto de la sociedad, se trata de la felicidad de mi hijo. Todos cometemos errores, cariño. Pero siempre recuerda que el amor tiene mucho más fuerza que cualquier otro poder en el mundo y al final de cuentas, aquellos errores, son los peldaños de una escalera que nos lleva a nuestro destino.— El silencio me rozó con el aire, quise asimilar y comprender, una por una sus palabras. Ella me sonrió. —Buen viaje —me acarició la mejilla.

—Gracias —musité, más confundido que antes.

Salí por la puerta y el corazón se me encogió de angustia, una vez más.

¿Cómo iría de nuevo hasta el departamento? Christopher se había ido con Zabdiel y yo, difícilmente recordaba el camino.

A pie haría más de treinta minutos, si es que llegaba.

Era el colmo de mis desgracias.







Husdjdfnqñans Esta parte es de mis favs.

Lo subí ahora porque tenía planeado subirlo más tarde but me atacaron por mensajes 😂.

Un capítulo más y ya no subo nada hasta dentro de 3 días🙃.

Manual De Lo Prohibido/Joerick [Adaptación] ||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora