chapther eighteen

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Nos esforzamos mucho por disimular

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Nos esforzamos mucho por disimular

lo que sentimos a personas que,

probablemente, más necesitan conocer

nuestros verdaderos sentimientos.

• •

─Lo siento, Archie.

Salió corriendo del lugar, aferrándose con fuerza a su bolso, al salir al estacionamiento buscó con su mirada la camioneta de FP pero no la encontró. Sacó su celular e intentó llamarlo, pero no respondió en ningún momento.

Comenzó a caminar hacia su casa a pesar de que aquella noche estaba lloviendo sin parar, que el frío le helaba los huesos. No le importó, quería explicarle todo aunque no le debiese nada. Su relación no era del todo verdadera.

Golpeó la puerta repetidas veces, las luces estaban prendidas por lo que él si estaba en casa, sintió una fuerte presión en su pecho al no recibir respuesta alguna por su parte; continuó golpeando, cerró sus ojos y cuando los abrió se encontró con FP, tenía los ojos rojizos y la miraba fijamente.

Ella sin decir nada, se acercó a él para darle un abrazo, él tardó varios segundos en corresponder el abrazo pero aún así lo hizo, Hera levantó su mirada para verlo a él y así, unir sus labios en un beso lento.

Se separó de ella para llevar sus manos hacia sus mejillas mirándola con sus ojos cristalizados.

─Tenemos que hablar, linda. ─ella asintió haciéndose paso en su tráiler, FP pocos segundos después de que cerró la puerta, le entregó una toalla azul marino para que se seque y no se resfríe. El celular de Hera empezó a sonar dejando ver que eran Betty, Archie y Jughead, pero no tenía ganas de hablar con ninguno, apagó el celular dejándolo a un lado del sofá y miró a FP.

─¿Qué ocurre?

─Quiero que me dejes hablar a mí ¿está bien? ─ella asintió mientras se colocaba frente a él.─ Sos tan hermosa, Hera. Cualquier chico caería a tus pies, bueno, creo que todos lo hacen. Y déjame decirte que si me preguntaban si alguna vez estaría con una persona mucho más menor que yo, le diría que estaba loco, pero cuando te vi la primera vez, debo admitir que me encantó hasta el más mínimo detalle de tí, quería saber más sobre esos ojos tan dulces y esos labios tan rosados. ─Hera hizo una media sonrisa y él la tomó de sus mejillas, acariciándola lentamente.─ Te mereces alguien que sí pueda hacerte feliz, que te haga sentir que cada día vas a ser la única, que te quiera y pueda demostrar su amor por todos lados. No puedo darte eso, Hera. Por más que quiera, por más ganas de hacerlo que tenga, no puedo darte lo que Archie sí... ─Hera lo interrumpió.

─No quiero a Archie, FP. Lo supe cuando lo besé, fue como besar a un hermano. Él no me gusta, no quiero tener algo con nadie, solamente contigo, por más prohibido que sea. Por más imposible parezca, adoro estar junto a tí, ser parte de tú día a día, estar ahí, en tus brazos, por dios, a tú lado me siento completa, no me importa la edad, me importas tú.  ─para ese instante, Hera ya estaba derramando lágrimas, su cuerpo tembló ante la idea de no tenerlo cerca.

─No podemos seguir con esto, hermosa. ─dijo él, por más rota que su voz hubiese salido en ese momento, ella negó con su cabeza ligeramente, negándose a aceptar aquello.─ Hera, hay demasiadas cosas que no sabes sobre mí, que no te gustarán saber.

─No me importa. ─dijo ella negando con su cabeza y él la tomó de los hombros para luego dejar un beso en su frente.

─Pero a mí sí, no podemos estar juntos, no puedo darte lo que quieres.

Hera se separó de él dándole un empujón y sintió sus ojos llenarse de aún más lágrimas. Estaba comenzando a romperse frente a él y no iba a permitir que la viera de ese modo. Simplemente asintió, tomando sus cosas para dirigirse hacia la puerta pero antes de poder salir, él la había tomado del brazo para darle un abrazo con fuerza, aferró su cuerpo al suyo, Hera no pudo evitar sollozar entre ellos, él intentaba no ponerse a llorar junto a ella, aquello estaba afectandolo más de lo que pensaba.

Se separó de él nuevamente para abrir la puerta del tráiler y salir de allí rápidamente, no quería ir a su casa, no tenía ganas de ver a su hermana o a sus padres, no sabía a donde ir, por lo que decidió ir hacia la casa de la última persona que podría llegar a imaginarse.

Se encontraba parada frente al departamento de las Lodge, soltó un suspiro antes de golpear la puerta. Esperó por unos minutos hasta que una Verónica en pijamas atendió, observó a una Hera destrozada, su ropa estaba empapada, sus ojos rojos debido a que había llorado, su maquillaje estaba completamente corrido y su cabello hecho un lío, justo como su cabeza.

─Lamento haber venido aquí, no sabía a dónde más ir. ─dijo en un murmuro, Verónica negó con su cabeza tomándola del brazo para hacer que entre.─ Además eres la única que conoce mi asunto.

─Ven, te daré ropa y te darás un baño. Haré café junto con algunos bocados para que puedas alimentarte, ¿está bien? Hablaremos de eso cuando estés bañada.

Hera asintió y tras las indicaciones que le dió la morena, se encaminó a la ducha, ingresó en ella para poder quitarse toda la ropa. El agua tibia cayó a sus hombros y sin poder evitarlo, sintió como las lágrimas volvían a caer sin parar, tapó sus labios para evitar que los sollozos se escapen.

Nunca había sentido algo igual. Ni con todos los chicos con los que había estado.

Salió de la ducha y se observó por el espejo del baño, un suspiro salió de sus labios al ver que ya no existía rastro de maquillaje. Se dirigió a la habitación con una toalla rodeándole el cuerpo, Verónica le había dejado un pijama rosado sobre la cama. Hera sonrió a medias antes de ponerselo, arregló su cabello y tras dejar el toallon colgado, se dirigió hacia la cocina para encontrarse a la morena preparando el café.

─Le he dicho a Betty que estás aquí. ─dijo por lo que ella simplemente asintió.─ Ahora empieza a hablar.

─Creo que me han herido. ─murmuró Hera mordiéndose el labio.─ Siempre escuché que el corazón era lo que más dolía y a mí me duele todo el cuerpo, cada parte de mí, está rota, herida. ─sus ojos volvieron a aguarse.─ Sabía que estaba metiéndome con alguien que, quizás, jamás iba a corresponder un amor y él me lo dijo, no puede hacerme feliz como lo merezco pero él no comprende que la única persona que me hace feliz es él, Verónica. Es tan ridículo.

─No me interesa su edad, Hera. Jamás lo hizo, si es la persona a quién quieres, por más difícil e imposible sea, creo que debes luchar por él.

─Me vió besándolo a Archie, cree que él me gusta.

─¿Te gusta?

─Antes creía que sí me gustaba, pero todo eso desapareció cuando nos besamos. No era lo que creía, si al principio, me gustó pero cuando lo vi y leí lo que FP me había escrito, me dió...

─¿Te dió....?

─Asco. ─murmuró soltando un suspiro e hizo una mueca.─ Y después besé a FP y no fueron fuegos artificiales, fue como si todo hubiese desaparecido, como si en el mundo solo estuviéramos nosotros dos.

─Lo quieres.

─Y me odio por eso.

─¿Por qué? Es grandioso, Hera. La edad es solo un número sin importancia, he visto parejas llevarse diez años de diferencia. No es nada.

─Es ilegal. Él puede ir a la cárcel, ya sabrás lo que mi madre le ha hecho a Polly, a mí me enviaría a un internado en Rusia si es posible, Verónica. Es imposible. Quizás FP tiene razón, lo nuestro está prohibido.

Verónica sin decir nada más, rodeó con sus brazos a la de cabello rubio y ella también le respondió el abrazo, desahogandose. Después de todo, Verónica no era tan mala como ella creía.









SIXTEEN, (riverdale) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora