Capítulo 12

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CAPÍTULO 12
EL JUEGO COMIENZA

Sus ojos se mantenían fijos en el pálido techo de aquella acogedora y rosada habitación, hacia bastante tiempo que se había despertado y su herido corazón sólo se había quedado quieto, tomándose un momento, un instante, un pequeño respiro para poder volver a latir, para aferrarse a la idea de que aquel dolor seguiría ahí y no se iría por un largo tiempo.

Las rupturas siempre eran dolorosas.

Sintió de inmediato las lágrimas nuevamente saliendo sin ningún control, como si se trataran de dos cascadas que lo único que podían hacer era arrastrar todo y tirarlo al vacío; se sentía tan destrozada y humillada como mujer, los malos comentarios que alguna vez leyó parecían penetrar en su cabeza con facilidad, recordándole miles de insultos, malos deseos, hirientes críticas e inmensidades de palabras de odio.

Eran como miles de letales susurros acribillándola lentamente, riéndose en su cara y restregándole que no era nada, que aquel no era su lugar ni su momento.

Simplemente era otra cara bonita con la que cualquiera podía jugar...

—Es tan absurdo llorar —se dijo a si misma entre dientes cerrando los ojos con fuerza—, es tonto que esté llorando por él... pero... —llevó sus manos a su boca para callar los sollozos—, pero... duele tanto...

Las lágrimas quemaban, los sollozos desgarraban su garganta y su corazón se destrozaba aún más, era como una larga tortura que dolía cada vez más, que lastimaba y destruía todo en su interior.

Estaba a punto de quedar en total ruina. Lo sabía. Sabía muy bien que esta vez la habían aplastado de tal forma que sería incapaz de ponerse de pie, su integridad, su confianza, su orgullo, su dignidad, su todo había sido pisoteado, escupido y destrozado...

La había destruido.

El pasado hermoso era como un sueño demasiado nubloso, no podía recordar la última vez que él le había sonreído con amor o la había besado sin agresividad para conseguir lo que quería, sin que esas caricias la llenaran de dolor en vez que placer.

¿Cómo había soportado eso? ¿por qué se había mantenido a lado de un monstruo?

«Porque lo amas...»

Aquel susurro la hizo llorar aún más, porque si, pese a todo seguía estúpidamente enamorada de él. Seguía tan anclada a él, tan abrumada y completamente perdida por él, lo amaba, lo amaba como jamás se había permitido amar a nadie más. Era estúpidamente caótico y absurdo.

—Veo que al fin despertaste...

Aquella voz la obligó a morderse los labios y hundirse más entre las gruesas sabanas, no deseaba que la vieran en aquel estado, en un estado tan lamentable que jamás le desearía a nadie.

—Gracias por traerme aquí y no llevarme al dormitorio con las chicas... —susurró en un hilo de voz apenas audible—. Lo siento...

Un leve hundimiento le indicó que aquella persona estaba sentada en la cama, una cálida mano tomó una de las suyas en un deliberado intento de consuelo, tratando de que aquel simple apretón pudiera servir para aliviar sus penas.

—No tienes nada de que disculparte, Joohyun —la suave voz habló con dulzura—, estoy segura que no deseabas preocupar a tus miembros.

Apretó con fuerza mientras asentía conteniendo las lágrimas.

—Si...

Otra mano cubrió su mano brindándole apoyo, sintió en sus mejillas el salino liquido fluir una a una.

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