Esa señora que llega,
se arraiga y todo a su paso arrasa,
tiene el poder de acabar con el amor más perdurable e indestructible; si no lo alimentamos con cariño y lo abrigamos de las inclemencias de la vida.
Esa señora dañina... llamada rutina que nos mata y nos lastima,
se instala furtiva en nuestras vidas y si no te enfrentas a ella; con entereza y decisión, defendiendo palmo a palmo el futuro de tu amor, acabará por aniquilarte y recluirte en un rincón.
La rutina... es un estado que te agobia, que te asfixia que te duele en el alma,
repercute en las entrañas y mata finalmente años de esperanza; con dagas de monotonía y desesperanza.
Ah... pero si tu amas con el alma, con la piel, con las manos, con los ojos y tu ser,
te convierte en el guerrero que yo quisiera ser... te enfrentarían a ella; sin temor a perder, seguro de la victoria obtener y tu amor proteger.