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El sol era muy brillante y lastimaba mis ojos. Omma Leeteuk me dijo que no tocara mis ojos con mis manitos porque ellas tenían bronceador. «¿Qué es un bronceador?» le pregunté en ese momento. Y ella contesto que servía para protegerme y que era para mi bien. Soy un buen niño y siempre le hago caso a omma así que hice lo que ella me dijo.

Le dí la espalda al señor sol y continúe con mi tarea; hacer el castillo de arena más alto y bonito en toda la playa. Junte arena con mis manos y la solté sobre mi balde, pero la arena es muy mala y se escapó, volando hacía mis ojos. No podía ver, de pronto de ellos comenzó a llover y no podían parar.

—Ay cariño, ven aquí —me llamó appa Kangin.

Como no veía bien estiré mis brazos para intentar llegar a él, pero me tropecé y caí en pozo que había hecho unas horas antes. Comenzó a llover cada vez más. Y como si le hubiese pedido un deseo al genio de la lámpara, la lluvia se detuvo.

¿Por qué? Porque el cálido y suave abrazo que me dieron mis padres calmó esa lluvia.

Castle |EunHae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora