VII

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Reímos por tanto tiempo, que mi estómago dolía. Pero era un dolor agradable, porque era producto de algo que hizo sonreír al lindo chico que me acompañaba.

Nos levantamos y sacudimos la gran cantidad de arena que cubría nuestro cuerpo para luego llegar a nuestro destino. Nos sentamos uno junto al otro en silencio y comenzamos nuestra tarea de reconstruir el castillo.

Al principio, ninguno hablaba pero conforme pasaba el tiempo comenzaba a sentirme incómodo. Así que hable, una de las mejores decisiones de mi vida.

Yo preguntaba y él contestaba, hasta que en algún punto los dos lo hacíamos. Supe que venía a la playa con sus padres, que se estaba quedando en la casa de veraneo de sus padres que quedaba a unas cuadras de la playa, que le gustaban las frutillas y su color favorito es el azul y muchas cosas más.

Unas horas después cuando Leeteuk y Kangin llegaron a donde estaba su hijo, lo encontraron jugando junto a delgado y lindo niño, que llevaba sobre sus labios una preciosa sonrisa de pura felicidad.

Sostenían en sus manos pequeñas piedras que a sus ojos eran caballeros de brillante y fuertes armaduras, que cabalgaban sobre caballos con forma de estrellas de mar y comían palitos de madera.

Kangin se sorprendió de que su hijo estuviera jugando tan a gusto con otro niño. Donghae siempre había sido un niño con un gran corazón pero era muy tímido, por eso Leeteuk estaba tan feliz de ver a su niño sonreír con tanta felicidad. Fue así que los dos se tomaron de las manos e hicieron una promesa para sí mismos. Protegerían la sonrisa de su hijo y la del chico que la ocasionaba.

Castle |EunHae|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora