Miraculous LadyIce (Jelsa)

"Un final y un nuevo comienzo"

El cielo permanecía de un violeta oscuro, las calles y las casas no daban indicios de que pudiera haber alguien habitándolas.
Cada rastro de vida había sido ahuyentado  por Pitch.

-Ya esta hecho Olaf, no podemos hacer nada ahora...- comentó con tristeza una pequeña hadita peli blanca entre la niebla. - Ahora solo debemos seguir el plan del maestro, no te preocupes, todo saldrá bien...-

El pequeño hombre de nieve asintió con tristeza, estaba a punto de contestar cuando una sombra  tenebrosa los cubrió por completo.¿Como iban a saber que su plan había sido descubierto por el rey de las mentiras y los trucos sucios?
Desde ese momento en adelante lo único que supieron fue que necesitarían ayuda extra, toda la ayuda que fuera posible, por ellos, por sus guardianes, por el mundo entero.

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Abrí mis ojos con  dificultad, la luz era tan tenue que me tomo un buen tiempo comenzar a divisar las siluetas que me rodeaban: un pequeño banco de madera a penas aun en pie, el piso frío,  paredes de mármol y rejas por todas partes. No era un paisaje muy alentador.
Trate de levantarme pero inmediatamente sentí como un gran dolor punzante dominaba mi cabeza. Me lleve ambas manos tratando de calmar el dolor en vano. Sentí como todo mi cuerpo estaba débil y adolorido, como si mil camiones me hubieran pasado por encima...
¿Que rayos me había pasado?
Nuevamente trate de ponerme de pie, esta vez con un poco mas de éxito que la vez anterior pero aun así era increíble lo torpe que me sentía.
Trate de recordar, ya saben, como cuando recién te levantas por las mañanas y buscas un acontecimiento, algo, un punto de origen desde el cual comenzar a buscarle un sentido a tu día, una explicación. Pero, por mas que me esforzaba, lo único que podía encontrar eran destellos de algunas escenas, como mi primer día de clases cuando por fin mi padre me permitió ser un estudiante normal, mi ultima entrevista, sesiones de fotos, mi amigo Hiccup...pero nada que me ayudara a entender que hacia allí.
Al inicio pensé que esos espacios en blanco eran producto de una desorientación momentánea, pero con el paso de los minutos me fui dando cuenta de que no había nada, ningún recuerdo o explicación. Justo empezaba a desesperarme cuando un golpe me saco de mis pensamientos.
Miré a mi alrededor buscando el origen del sonido, pero no pude ver mas que una silueta tambaleándose al otro extremo de la celda a mi lado. Un gemido de dolor salió de ella. Sentí un poco de temor al verla moverse así es que lentamente me acerque a la pequeña silla de la esquina y la tome fuertemente tras mi espalda. ¿Quien me aseguraba que no estuviera compartiendo celda con un zombie o algo parecido? Había que estar preparado ¿no?
Sin embargo nunca hubiera estado preparado para lo que paso justo después.
La silueta a mi lado, que resulto ser una chica, soltó un grito desesperado al verme y golpeó mi cabeza con una piedra gigante.

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Habían pasado ya tres meses desde el ultimo ataque a Paris, pero eso no había sido todo. Pitch, sin conformarse con lo logrado, había comenzado su ataque por todo el mundo. Primero Francia, luego Europa, hasta llegar a los países  mas remotos del  mapa.
Todo mundo vivía con miedo e incertidumbre.
¿Como había pasado esto?
¿Donde estaban nuestros defensores?
Nadie sabia con certeza. Lo único seguro era que Pitch había sido mas fuerte, pero eso no se quedaría así, al menos eso pensábamos nosotros.

Un sonido de viento cortante rompió el silencio de las calles. Los tres nos abalanzamos sobre los autos, las casas y los puentes ya abandonados.

-¡Rápido Hicc! ¡Nos espera el maestro!- grité con fuerza.

-Estas loca si crees que llegaras antes que yo- respondió él con aire de superioridad. Todo porque tiene un dragón super veloz tira fuego...

-¡Eso ya lo veremos!-

Nuestras siluetas comenzaron a avanzar a toda velocidad hasta llegar a un callejón sin salida, entonces la persecución terminó.

- ¡¡wujuu!! ¡Te lo dije Mer! Lo siento, pero tu caballo jamás será un rival digno para mi Chimuelo- dijo Hiccup bajándose de su dragón. 

- Lo que digas..- le conteste rodando mis ojos con disgusto.

-¡Vamos chicos! No sean infantiles...además, es obvio que yo llegué aquí primero que ambos..- concluyó Rapunzel, nuestra tercera integrante.

-Por fin llegan, los estaba esperando...-

De la nada, el maestro Ling Fu había aparecido desde la oscuridad del callejón. Al verlo, los tres nos inclinamos en forma de respeto de inmediato.

-Hola maestro, disculpe nuestra tardanza...- dijimos todos al unísono.

-Vengan, hay algo que quiero mostrarles- contestó él sin mas y dio media vuelta hacia la casucha.