"Guardianes"

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-Maestro Fu, ¿Cuál es la emergencia?- indagó el oji verde cerrando la puerta tras ellos.

-Por fin he detectado señales de ellos...- sentenció el anciano.

-¿Quieres decir...Elsa y Jackson...?- 

-LadyIce y Jack Frost, Mérida. Desde ahora asi es como deben llamarlos en frente de otras personas-

-¿A dónde tenemos que ir? Solo díganos y estaremos ahí en un instante.-

-No es tan fácil, Rapuzel...- El viejo Fu se dio la vuelta y los encaró poniéndose completamente tenso. Sus manos se juntaron atrás en señal de que estaba a punto de darles una nueva instrucción a sus jóvenes estudiantes.

-Necesitan ser muy discretos, los secuaces de Pitch están por toda la ciudad y solo tendrán una oportunidad para entrar a donde ellos están. La condición es que LadyIce y Jack no pueden verse el uno al otro.-

-¿Qué...? Entonces..-

-Tendrán que traerlos por separado. El sacrificio que ellos hicieron podría no tener ningún valor si cometemos el más mínimo error. Para que Pitch no los controle, deben estar completamente ajenos a la identidad del otro, incluyendo cualquier tipo de relación amorosa...¿Entienden?-Los tres jóvenes asintieron.

-Mérida, estarás a cargo de ayudar a Elsa a recuperar sus recuerdos como LadyIce. Hiccup, tu te encargarás de Jack.-

-Entendido- Pronunciaron los dos al unísono.

-Rapunzel, tú ve y pon al tanto a los ciudadanos, adviérteles de las reglas que les acabo de decir. Todos deben seguirlas para que esto funcione, haz todo lo que sea necesario.-

-Sí maestro Fu.-

-Bien, sin nada mas que decir, que la sabiduría los acompañe mis Guardianes.-

-¡Sí maestro!-

Los tres chicos abandonaron la casucha para iniciar su viaje de forma inmediata, sin embargo, el peli castaño pudo notar que algo no andaba bien con su compañera de batallas y mas cercana amiga.

"Amiga" pensó con melancolía. Ya hacia meses que se habían tenido que resignar a quedar como eso, simplemente amigos, luchando por sobrevivir. Pero ¿qué había de sus sentimientos? Mérida había sido la chica más increíble que hubiera conocido jamás, y siempre se lamentaría por lo tarde que se había dado cuenta de aquello. Ahora, las condiciones no eran las mas optimas para mantener una relación y mucho menos después de lo que el maestro Fu les dijo el día en que les entregó sus kwamis:

"El ser un Guardian significa demasiado riesgo para ambos, y eso incluye el hecho de correr el mismo futuro que Jack y Elsa."

 Su amor había sido su debilidad, y no permitiría que eso les pasara a ellos. Por eso entendía y podía imaginar lo que la pelirroja debía estar sintiendo en ese momento. Después de tanto tiempo sin saber nada de sus mejores amigos, ahora habían recibido la orden de no permitirles estar juntos. Como si más que una instrucción, fuera un recordatorio para ellos de no estarlo, pasara lo que pasara.

-Todo estará bien..- murmuró a la espalda de la chica para que solo ella pudiera escucharlo.

-Lo sé. ¿Asustado Haddock..?- dijo la chica mientras de un saltos se encaramaba encima de su caballo para partir.

-Te pones muy fea cuando mientes, sabías?- replicó con tono burlas sin poder contener una pequeña sonrisa que ya se asomaba en sus labios.

-Igual tú, asi que ahórrate eso del "chico genial" y larguémonos de aquí. Elsy me espera...- dijo con una sonrisa al final de la frase que le lleno los ojos de luz. Estaba siendo sincera. Estaba feliz por ver a su amiga.

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-¡¿Qué haces?!-

-Te acorralo-

-¡Aléjate!-

-Olvídalo..-

Sentí como sus labios se posaban sobre los míos. Un escalofrío cubrió mi cuerpo. Estaba siendo besada por el chico que había arruinado mi vida, el chico que odiaba, y amaba al mismo tiempo.

Posé (o más bien la dueña de mi cuerpo posó) las manos sobre su pecho haciendo un lamentable esfuerzo por alejarse de él pero fue en vano, sus brazos se hallaban en ambos costados de mi cuerpo bloqueando cualquier otra vía de escape. Poco a poco, su beso fue haciéndose menos agresivo, y mas dulce. Percibí como mi fuerza iba disminuyendo y cada vez iba siendo mas absorbida por toque. Luché por moverme, pero era inútil. No era dueña de mi cuerpo, mas bien, estaba casi segura de que se trataba de un sueño, pero la sensación era tan vivida que era difícil no creer que fuera real.

Al apartar sus labios de los míos, pude echar un vistazo al color de sus ojos. Esos ojos que hacían que el mundo me diera vueltas. Sin embargo, no podía notar ningún otro rasgo esencial de su rostro, era como si su cara no estuviera en mis registros de memoria y lo único que pudiera recordar fuera ese celeste penetrante y frío. 

-Me gustas, Arendelle...- Fue lo ultimo que pude escuchar cuando un sonido alteró mi imagen. El entorno se volvió borroso, la sensación desapareció y yo quedé en la completa oscuridad. Estaba despertando.

Abrí mis ojos de golpe y de inmediato, pude divisar la silueta de un chico justo frente a mi. Al parecer se hallaba desorientado y adolorido, pero eso no descartaba que fuera peligroso, por lo que, como método de defensa, tome una de las grandes piedras que hallaban en el piso y me aliste para atacar. Sus ojos se pasearon por todo el lugar hasta que finalmente se posaron en mí. Vi como sus músculos se tensaron y poco a poco se fue deslizando hacia uno de los banquillos que había en el esquina. Al moverse, uno de los pequeños rayos de luz que entraban por la ventana iluminó sus ojos lo suficiente como para percatarme de lo ocurrido. Era él. Eran sus ojos, el mismo celeste penetrante y frío que había contemplado hace solo unos instantes mientras dormía pero, ¿Quién era él..?

De repente, un movimiento brusco me sacó de mis pensamientos y atine a hacer lo único que se me vino a la mente teniendo una piedra en mi mano y se la lancé, por desgracia, lo suficientemente fuerte como para noquearlo. 




Miraculous LadyIce (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora