Capítulo 24: "Reviviendo lo que he tratado de olvidar"

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"Psychiatric Center of London"

-Las medicinas están listas

-Necesito que lleves éstos –señalaba una enfermera, a un pequeño carrito que estaba lleno de pastillas de diferentes colores, y vasos pequeños de agua tibia- llévalos al corredor "G"

-¿El doctor no ha subido la dosis?

-¿Para quién? ¿el paciente de la habitación 325? No; dice que ha estado teniendo algunos avances

-Yo no...

-Lo sé, nadie de nosotros cree que esté mejorando. Pero bien; ve por favor, ya es hora de su medicina

-Ahora mismo me parece que está en la sala de estar, ¿no?

-Tienes razón, ve por favor, me traes el carrito cuando termines

-De acuerdo –la joven enfermera prosiguió su camino, por un largo corredor en el cual, se encontraban algunos de los pacientes atendidos. Algunos jugando, llorando o queriendo salir de sus habitaciones. La chica al cruzar ese pabellón, dobló a la derecha, y después a la izquierda; abrió una puerta y entró a la enorme habitación, que parecía una sala de juegos.

En él, habían diversos juegos de mesa, inofensivos y a prueba de niños, algunas televisiones distribuidas alrededor de la sala; las paredes poseían colores cálidos, y diversos adornos y figuras que no representaban ningún peligro para los presentes. Habían sillas y sillones de diferentes tamaños y colores, perfectos para mirar la televisión, leer o simplemente tomar una siesta. Era perfecto, para el tipo de pacientes que tenían allí.

La mayoría de ellos, eran personas que sufrían de algún trastorno mental, bipolaridad, o esquizofrenia. Todos eran enfermos mentales y que eran potencialmente, personas peligrosas por dichos malestares.

En el rincón y aislado, se encontraba un hombre; miraba la televisión, al parecer estaba viendo las noticias de la media tarde, mientras jugaba con sus dedos, como si estuviera ansioso. Tenía los ojos fijos en la notica que estaban dando en la sección de espectáculos; la enfermera le habló en dos ocasiones para que hiciera caso de sus medicamentos, pero al estar tan metido en la televisión, la mujer tuvo que apagarla para que al fin le prestara algo de su atención.

-Se que las noticias están muy interesantes, pero es hora de tus medicinas

-No quiero perder...ningún detalle

-Abre la boca por favor

-Ningún detalle, tan perfecto –hablaba el hombre mirando hacia la nada, con un todo de nerviosismo y alteración en su voz y en sus pensamientos-

-Por favor tómalas –le daba dos pastillas pequeñas y el vasito con agua-

-Perfecto, perfecto...siempre es tan perfecto –volteaba a verla- perfecto, perfecto -¿por qué es tan perfecto?

-No sé de quién me hablas, -observaba como el hombre se tomaba las pastillas- ¿has terminado?

-¿Por qué no me quería? Si éramos tan perfectos, era tan perfecto...yo quería, yo quería...por eso tuve que hacerlo. No nos dejaban vivir en paz, no nos dejaban ser felices –comenzaba a alzar la voz y a rascarse el cuello con ambas manos, sobre todo como en forma de tic nervioso- ¿Por qué, por qué?

-En un rato regreso por ti, para que vayas a descansar un rato, el día está muy nublado

-Lo quiero, lo quiero...revista quiero

-¿Ah? ¿quieres la revista que estaba en tu habitación? Mira, aquí hay otra igual para que la leas. Tiene muchas notas del momento –se la entregaba mientras a su vez, se alejaba del hombre para seguir con los demás pacientes-

Y tu mirada...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora