Alquilados [Pokémon Special]

Capítulo 7: ¿Cuál es tu respuesta?

~ Disclaimer: todos los personajes pertenecen al manga de Pokémon Special, escrito por Hidenori Kusaka e ilustrado por Satoshi Yamamoto.

~Advertencia: nada que no puedan soportar.

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En capítulos anteriores...

Puede que mejor deba esperar afuera como pensé.

Espera... Se oyen ruidos raros ahí dentro.

(Golpe sordo).

¡Silver está en peligro!

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Entró dando una patada cual karateka. Casi derriba la puerta, aunque sí llegó a romper la cerradura.

La escena que encontró no era, ni por asomo, parecida a lo que esperaba.

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-¡Rojito, a mi despacho! ¡¡Ahora!!

-Señor, aún he terminado de limpiar aquí.

-¿Y? ¡¡Hazme caso, soy tu jefe!!

Detesto a este hombre más que a nada en el mundo, pero es el que decide si me quedo o me voy a la calle. Así que he de obedecerle si quiero ahorrar lo suficiente e independizarme de Green-senpai.

Espero que no me haga estar aquí horas extras.

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-¿Sabes para qué te he hecho venir?

-¿He cometido algún error?

-Si... Un gravísimo error.

-¿Y qué ha sido?

-¿Cómo te explico...? No es algo que me sea fácil admitir.

Una vez se levantó de su asiento, caminó a paso lento hacia el joven empleado. Éste sintió la impetuosa necesidad de alejarse  d aquel hombre de -aproximadamente- unos treinta años.

Fue demasiado tarde cuando quiso dar media vuelta de regreso a sus labores.

De un rápido movimiento el jefe abrazó la cintura del chico y lo arrojó -literalmente- sobre el escritorio.

-¿En qué pensabas seduciéndome de esa forma?

Unas traviesas manos resiguieron todo el contorno del cuerpo del menor hasta detenerse en sus caderas. Abrió sus piernas y se posicionó entre éstas frotando su parte baja bruscamente contra la del otro, provocando una excitación involuntaria.

El de ojos plata se sentía morir. No encontraba la forma de quitárselo de encima y mucho menos comprendía como fue que llegaron a esa situación. Él creyó todo ese tiempo que su jefe le odiaba, pero resultó ser que quería buscar una excusa para hacerle ir a su despacho y destrozar su virginidad. Aquella que tantos años guardó para entregarla a su amado Gold.

¡Gold!

Ahora que recordaba... Hacía mucho que no le veía, ni siquiera se habían contactado en las últimas semanas.

Desearía tanto que él estuviese allí... ¡¡No para que viese aquello, no era eso!! 

Quería ser salvado por la persona a la que amaba. Ver como le daba una paliza a aquel sujeto tan... repugnante. Tenía arcadas solo de verle la cara.