Alquilados [Pokémon Special]

[Especial] Dulce abstinencia

~ Disclaimer: todos los personajes pertenecen al manga de Pokémon Special, escrito por Hidenori Kusaka e ilustrado por Satoshi Yamamoto.

~Advertencia: Yaoi / Lemon (?)

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Apenas han pasado tres meses desde que se aclaró todo y la situación entre nuestra querida pareja se apaciguó.

Cada uno ha hecho su mayor esfuerzo para facilitar la convivencia. No es sencillo en ocasiones ser tan distintos.

Por si eso fuera poco, el primer mes la madre de Gold se negaba a irse sin estar segura de que habían consumado su amor —cosa que nadie tendría ganas de hacer con tu madre o suegra en casa, vigilándote 24/7.

Blue sí que se hizo de rogar durante ese mes... ¡Pero para que se fuese!

"Nunca juntes dos fujoshis locas en la misma casa" esa fue la lección de vida que aprendieron ambos jóvenes.

El segundo mes fue un período de relajación y de tiempo en pareja.

Todo gracias a un anónimo que esparció el rumor de una convención de BL en la región de Sinnoh. No estaban seguros de la veracidad de la noticia, pero hay que admitir que lo agradecieron y disfrutaron su tiempo a solas —por lo menos al principio.

Aunque no como pensarán.

El moreno de ojos dorados fue puesto en abstinencia sexual durante un tiempo indeterminado.

¿Por qué?

Porque su novio le prohibió tocarle mientras se le siguiesen escapando comentarios ofensivos sobre las relaciones entre hombres.

Además por la insistencia del moreno por ser el dominante. No iba a rendirse tan fácilmente.

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Tras denunciar a su jefe, Silver fue indemnizado, obtuvo una orden de alejamiento y dejó el empleo.

Fue notoria la ausencia de un segundo sueldo en casa; por suerte, al poco fue contratado como repartidor en una pequeña empresa de envíos.

Pasaban las semanas y nada parecía cambiar. La feliz pareja ocultaba su frustración el uno del otro.

Gold se puso más hiperactivo. Incluso tuvieron que llamarle la atención en el trabajo por romper varios vasos, de lo nervioso que estaba.

Silver por su parte, era incapaz de asimilar las clases en la universidad. Al llegar a casa debía repasar el doble porque no se enteraba de nada. Se la pasaba inmerso en sus pensamientos.

Las noches se volvieron tediosas. Los únicos culpables de aquella tortura no eran más que unos tercos. Ninguno daría su brazo a torcer. En este caso, no se dejarían ukear tan fácilmente.

La disputa principalmente se debía a que ninguno cedería a ser el pasivo, por muy desesperados que estuviesen.

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Era viernes por la tarde, Silver y yo salimos juntos a hacer la compra de la semana.

Aproveché que me dieron día libre en el trabajo para recogerle en la universidad. En cuanto le vi saliendo por la puerta suspirando cansado, me moría por besarle y acariciarle el cabello. Hacer que todos sepan que es mío.

Descarté la idea al instante, no me arriesgaría a avergonzarle y que me partiese la nariz de nuevo. O peor aún, que vete el sexo para siempre.

Ya esta espera sin sentido me está matando. ¿¡Cómo voy a sobrevivir sin poder tocarle!?