Carlos.
Decido irme a caminar después de hablar con Adeline, pero de momento quiero ir a los columpios que siempre me han gustado y que he cambiado sus cuerdas hace un tiempo, también los he puesto en unos árboles que forman un corazón, es un lugar donde puedo estar a gusto, camino hacia a ellos con la mirada en el suelo, observó las plantas que apenas florecen de la tierra en el camino lleno de tierra y evito pisarlas pero es difícil, son muchas, cuando subo la mirada para ver los columpios veo a Adeline caminando hacia atrás mientras me ve, ¿Por qué quiere huir de mi? Y veo que da la media vuelta para irse por completo.
--- ¡Adeline! --- gritó para detenerla, se vuelve y me mira con desdén, pero creo que a todos nos mira así, corro hacia ella. --- ¿A dónde vas? --- preguntó al llegar.
--- Solo estaba explorando el lugar y me gustaron esos columpios. --- admite mientras me señala los columpios, me vuelvo para verlos y sonrío.
--- Pues ven entonces. --- la invitó a estar conmigo mientras extiendo mi mano y sonríe.
--- Mmm. --- piensa si es lo que quiere y quiero que quiera, la miró a los ojos. --- Está bien. --- termina con mi dolor y me toma la mano lentamente.
Nos subimos a los columpios y tomamos nuestras manos, mientras nos columpiamos, veo su precioso rostro detenidamente, memorizando cada centímetro de ella, como si todo ahora estuviese vacío y solo nosotros dos estuviéramos en este mundo, pero viendo esos hermosos ojos azules quién no se perdería e imploro al destino que sea mía por el resto de nuestras vidas.
--- ¿Hace cuánto están aquí? --- pregunta rompiendo el silencio, mientras ve las sogas un poco preocupada.
--- No te preocupes, cada año le cambio las sogas. --- la calmó y ella sonríe dulcemente, amo cada que sonríe, sus ojos se hagan más pequeños, sus mejillas se hacen rosas y se le marcan unos hermosos hoyuelos debajo de los labios.
--- Bueno. --- se tranquiliza y me mira a los ojos con una chispa de cariño o por lo menos es lo que siento.
--- ¿Qué fue lo que recordaste, Line? --- exijo saber, aparte de sacar un tema de conversación, la miró con un toque de preocupación y creo se ha dado cuenta.
--- Recordé a Peter y a mí juntos, pero cuando estábamos en el río Ortidia, apareciste tú en un caballo blanco, ¿Eso fue real o producto de mi imaginación y de lo que siento por ti? --- pregunta confundida y recuerdo ese momento.
--- Fue real, estaban a punto de... --- me detengo recordando el momento y me doy cuenta que me encuentro cerrando los puños y los ojos encabronado. --- No podía permitirlo. --- admito y si no podía permitirlo, ella es mía.
--- ¿Cómo es que no te conozco pero tú a mí sí? --- pregunta y es obvio que le contaré mi historia con toda la verdad, no quiero mentiras entre ella y yo.
--- Porque mi familia y yo somos una especie diferente. --- admito. --- Mira cuando uno de nuestra especie se enamora, sueña con su nacimiento y al mirarla, nos susurra Dios o el destino que ella será nuestra maldición y desde ese día tenemos que cuidarla y vivir para ella. --- explicó y ella me mira molesta, demonios.
--- ¿Maldición? ¿Soy una maldición para ti? --- pregunta enojada y me siento raro, como si me matará con la mirada, como si pudiera controlarme a mí y a las cosas que digo y quiero.
--- Line, escucha, yo me enamore de una chica unos 5 años antes de que tú nacieras, un día iba cabalgando a verla pero de repente vi a una chica de cabello blanco, ojos azules, sus labios rojo carmín y su piel suave y blanca como las nubes, me hipnotizaron y eras tan dulce e inocente claro de vista. --- sonrío al recordar. --- me di cuenta que también me había enamorado de ti. --- explico, aunque no tiene sentido enamorarse de alguien por solo mirarla, pero ella lo hizo. --- esa noche que te vi con Peter fue la primera vez que sentí celos genuinos y dolor por amor, y en ese momento me dio un ataque de celos y fue que le advertí al animal ese que se alejará de ti, por lo visto no lo ha hecho. --- le suelto algo molesto.
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Eternamente Malditos
FantasyCuando la miro mi corazón se acelera, ahí posada en esa cama imploro sus manos y me derrito ante sus caricias, sus ojos cerrados y el sol en su rostro hace que brillen sus pestañas, me doy cuenta de que así me quiero despertar el resto de mis días...