Carlos.
Me despierto y veo a mi hermosa Line a mi lado, se ve hermosa como siempre, salen unos pequeños ronquidos de sus labios entreabiertos, abre los ojos azules hermosos que tiene, con una hermosa sonrisa en el rostro.
--- ¿Qué, viste lo horrible que me veo durmiendo? --- pregunta bromeando.
--- ¿Horrible? eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida Line. --- afirmo y me da un beso en los labios.
--- ¿Papá, mamá? --- entra la pequeña Giuliana, se ve hermosa, mi hija menor, una princesa de 8 años, con ojos azules intenso y cabello castaño ondulado, entra en una pijama color rosa y se sube a nuestra cama.
--- ¿Qué pasó hermosa? --- pregunta Line.
--- ¿Ya vamos a desayunar? --- dice nuestra hermosa hija y nos levantamos de la cama.
--- Vamos princesa. --- indico y los tres salimos del cuarto, bajamos en pijama y nos sentamos a la mesa donde Arthur ya está vestido con su ropa de príncipe, mi hijo mayor de 15 años, alto ya musculoso, con ojos muy muy azules, barbilla partida como yo y cabello blanco como Line, nos mira con desaprobación ya que estamos vestidos con la pijama, mientras que Eduardo, mi hijo de 11 años, muy vanidoso que ya está con su ropa de príncipe y está mirándose en el reflejo de la cuchara, arreglando su cabello castaño ondulado, es de ojos grises y ha sacado el gran carácter de su madre.
--- Buenos días. --- digo.
--- Buenos días. --- dicen al unísono, Arthur y Eduardo.
Desayunamos delicioso, panqueques, huevos con tocino, fruta y jugo de naranja.
--- ¿Qué harán hoy hijos? --- pregunto.
--- Iré a ver a mis amigos en el pueblo. --- dice Arthur sin importancia.
--- Yo iré a ver una obra de teatro, igual en el pueblo pero con mamá. --- indica Eduardo y Line asiente.
--- ¿Y tu hermosa? --- le pregunto a mi pequeña la única inocente y tierna aquí.
--- Yo no quiero ir con mamá a ver la obra. --- dice con desagrado y sonrío.
--- Bueno ¿Y qué quieres hacer? --- replico y ella hace una mueca de qué está pensando.
--- Ah ya sé. --- sonríe. --- Podríamos ir por mi prima Emma e ir a jugar con el arco en el campo. --- pide y asiento.
--- Ok princesa, tus deseos son órdenes. --- admito y me doy cuenta que ya no es como antes, donde pasábamos toda la familia juntos, ahora nos dividimos, por qué mis hijos han crecido, ahora me doy cuenta de lo que sentían mis padres.
Veo a mi hermosa Line y le doy un beso en los labios, todos nos paramos de la mesa y nos dirigimos a arreglarnos los que faltamos.
--- Ya me voy, nos vemos en la cena. --- dice Arthur.
--- Espera hijo ¿en que te irás? --- pregunto preocupado.
--- En prêt. --- "Listo" hijo de Nero quien se llamaba "Listo" solo que Arthur se lo puso en Francés.
--- Está bien, no regreses tan tarde. --- indico. --- ¿llevas dinero? --- le pregunto.
--- Sí lo llevo. --- afirma y se da la vuelta. --- adiós. --- indica.
--- ¿Y mi beso Arthur? --- pregunta Line el se regresa y se lo da un poco molesto.
--- Cierto Arthur, también el mío. --- dice Giuliana algo molesta y el ceño fruncido.
--- Ah sí, se me olvido, lo siento hermosa. --- carga a su hermana y le da un beso en la mejilla, la baja y se va.
Giuliana sube feliz a su habitación a prepararse y Eduardo se queda abajo sentado en un sillón, Line y yo subimos a arreglarnos, entramos en la habitación y Line se dirige al baño, pero quiero darle los buenos días así que entró con ella al baño, me sonríe y los dos nos quitamos la ropa, entramos a la regadera con agua caliente.
--- Te ves preciosa, Perle. --- susurro y ella sonríe.
Comenzamos a besarnos pero la intensidad va subiendo en nuestros cuerpos, tocó su parte sensible pero me doy cuenta que ya está lista y mojada de placer, entró en ella contra la pared de la regadera y siento esa electricidad en mi cuerpo, cada vez que le hago el amor es como si necesitáramos más y más, después de haber terminado, después de unas cuantas embestidas, terminamos entre gemidos y olas de placer que nos llegan a cada parte del cuerpo, y la amo cada día más.
ESTÁS LEYENDO
Eternamente Malditos
FantasyCuando la miro mi corazón se acelera, ahí posada en esa cama imploro sus manos y me derrito ante sus caricias, sus ojos cerrados y el sol en su rostro hace que brillen sus pestañas, me doy cuenta de que así me quiero despertar el resto de mis días...