-¿Dejar de hablar?
-Exacto
-¿Y si no puedo dejar de charlar?
- Serás testigo de cómo todo se alejan de ti para no escucharte, y cuando eso no funcione más, te arrojarán a lo más profundo del azul mar, donde nadie pueda sufrir al escucharte.
- Estoy perdida!- exclamó con miedo palpable en sus azules ojos.
- Yo estoy aquí tranquila, con mis poderes puedo quitarte tu voz o evitar que hables, para que no lastimes a los demás Sólo tienes que decir aceptó el castigo y sellar todo con un apretón de manos.
La niña se quedó en silencio un momento y lentamente extendió su delicada mano al estar un poco alejada de la chimenea, Ethan se vio obligado a salir de su escondite, ella soltó un jadeo de espanto al verlo, era como un viejo en el cuerpo reducido de un niño de algunos 12 o 13 años.
Unos ojos color Esmeralda, eran los más lindos un color que ipnotisaba, pero su espalda jorobada, sus manos pecosas, todas las arrugas y piel flácida no ayudaban a mejorar su apariencia. Extendió su mano y espero que la niña saliera de su trance con impaciencia.-Aceptó el castigo.
del rostro de Ethan salió una siniestra y hermosas sonrisa, cerró los ojos y sus pestañas al igual que sus cejas Se volvieron tupidas, su piel se rejuveneció de una manera asombrosa, sus manos eran suaves Y tersas al igual que el resto de su piel, Ahora sí parecía un joven.
Se mordió los labios, paso su rosada lengua por sus dientes y dos largos cornillos aparecieron, sus uñas crecieron y una de ellas la pasó por los labios de la niña.
