capítulo 4

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-¿Dejar de hablar?

-Exacto

-¿Y si no puedo dejar de charlar?

- Serás testigo de cómo todo se alejan de ti para no escucharte, y cuando eso no funcione más, te arrojarán a lo más profundo del azul mar, donde nadie pueda sufrir al escucharte.

- Estoy perdida!- exclamó con miedo palpable en sus azules ojos.

- Yo estoy aquí tranquila, con mis poderes puedo quitarte tu voz o evitar que hables, para que no lastimes a los demás Sólo tienes que decir aceptó el castigo y sellar todo con un apretón de manos.

La niña se quedó en silencio un momento y lentamente extendió su delicada mano al estar un poco alejada de la chimenea, Ethan se vio obligado a salir de su escondite, ella soltó un jadeo de espanto al verlo, era como un viejo en el cuerpo reducido de un niño de algunos 12 o 13 años.
Unos ojos color Esmeralda, eran los más lindos un color que ipnotisaba,  pero su espalda jorobada, sus manos pecosas, todas las arrugas y piel flácida no ayudaban a mejorar su apariencia. Extendió su mano y espero que la niña saliera de su trance con impaciencia.

-Aceptó el castigo.

del rostro de Ethan  salió una siniestra y hermosas sonrisa, cerró los ojos y sus pestañas al igual que sus cejas Se volvieron tupidas, su piel se rejuveneció de una manera asombrosa, sus manos eran suaves Y tersas al igual que el resto de su piel, Ahora sí parecía un joven.

Se mordió los labios, paso su rosada lengua por sus dientes y dos largos cornillos  aparecieron, sus uñas crecieron y una de ellas la pasó por los labios de la niña.

perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora