capitulo 3

27 1 0
                                    


Sharlotte se acercó al enorme camión de mudanzas  que estaba frente a su casa.

A dónde vas preguntó la niña.

- Es mejor que yo vaya entrando- dijo el conductor un poco incómodo

- Haaaaa, sí claro Gracias- dijo el padre de Sharlotte entrando sus manos en los bolsillos de manera despreocupada.

Por el rabillo del ojo se pudo observar como la madre cerraba las cortinas con enojo Sharlotte siguió hablando sin importarle la reciente interrupción y la no respuesta de su padre.

-A ver, si mamá y tú habéis peleado yo puedo ayudarte a hacer las paces con ella, y así tú estarás como-

- Sharlotte!- interrumpió a su hija con una voz dura y firme todo el entusiasmo que tenía se esfumo al escuchar ese tono de voz, su padre nunca le había  hablado de esa forma tan brusca, estaba asustada y ala  vez dolida.

Hay que ver lo que  llegas a hablar, todo esto - Dijo el Padre tomándose Una pausa para señalar el camión de mudanzas - ha pasado por tu culpa - en ese momento algo se quebró en esa niña, sus hombres cayeron y dio media vuelta.

Subió al techo de su casa a llorar, lloró como nunca, sin embargo no emitía gran sonido, las lágrimas  caían como cascada , unos cuantos jipidos, pero nada más, no quería molestar a nadie con su llanto.

Sintió como una sombra se adueñava del lugar donde estaba, al lado de la chimenea, el lugar donde estaba más oscuro se escuchó una risa,
era la de un chico estaba segura.

- qui...... quién eres?

- Tu salvación.

-No puedo verte.

-No tienes que verme, sólo escucharme.

-Te.... tengo miedo.

-Tranquila no muerdo, al menos que me lo permitas. Sé todo sobre ti, y la razón por la que lloras.

-Tú no sabes nada- dijo la niña volviendo a llorar

-Pero bueno, qué mal hablada, no sabes quedarte calladita ¿he?

-Hasta un desconocido me dice que hablo demasiado - dice volviendo a llorar.

-Lo que te espera en la vida es un desastre tras otro, por culpa a tu afición a darle ala sin hueso, arrojada al mar Porque todos se cansarán de escuchar tu voz.

-¡¿Al mar?! - preguntó la niña levantando la cabeza de golpe y abriendo los ojos como platos mientras hablaba con el niño que se ocultaba en las sombras.

-Lo ves, un final horrible lo sé, si no quieres terminar así necesitas dejar de hablar.

- ¿Dejar de hablar?

perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora