Prólogo

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Cómo comenzamos a odiarnos

-Oye, Christa, no me lo tomes a mal pero...- comenzó a decir Liam mientras observaba lo que su compañera estaba escribiendo.

-Chist.- lo calló ella mientras seguía escribiendo.

-Pero es que...

-¡Que te calles!- le gritó/susurró ella.- Me estás desconcentrando, Liam.

Él fingió cerrar sus labios con llave y se reclinó en su asiento sin decir nada más, mientras Christa realizaba el trabajo que le correspondía realizar a los dos. Resulta que su profesor de Historia, el Sr.Hijo de Puta Jones (como lo habían apodado los amigos de Liam), los había colocado juntos para hacer un trabajo en clase que valía casi el 30% de toda su nota, para desgracia de ambos.

A Christa jamás le había caído bien el chico, aunque tampoco era que le cayera mal, ya que él era nuevo en el instituto y jamás le había hablado en su vida y de hecho, jamás lo hubiera hecho de no ser porque nada más tenía dos opciones: Nicole Kraz, la perra de las perras del instituto o Liam, una persona que no conocía de nada. Obviamente ella se guió por esta última opción, no queriendo trabajar con la persona que la había odiado toda su vida.

Por su parte, Liam, tenía una especie de guerra interna consigo mismo, no sabía si decirle a Christa que estaba copiando una respuesta en dónde no iba o simplemente quedarse callado para no tener que enfrentarse a la furia de la chica. Al final, terminó por decidir la primera opción, era un trabajo de ambos y su deber era presentar su opinión al respecto y hacer algo por validarla.

-Está mal.- soltó él antes de que el demonio hiciera acto de presencia y lo mandara a callar de nuevo.

Ella giró la cabeza tan lentamente que por un momento tuvo la apariencia de Linda Blair, la del Exorcista, se le estaba acabando la paciencia, durante toda la hora, Liam no había hecho nada más que criticar y dar respuestas tan descabelladas que parecían sacadas de la película 300, por lo que Christa no entendía ni mierda y decidía hacer caso omiso de sus estupideces.

-Está bien.- gruñó ella.

Liam agitó la cabeza, en señal de negación.

-Está mal, esa respuesta va en la parte de arriba.- dijo él con naturalidad.

-NO, Liam, está bien dónde está. Eres tú el que tiene la cabeza en otro lado, así que sólo limítate a mirar al techo porque si no vamos a aplazar por tu culpa.

-Christa, si no arreglas la respuesta tú y yo vamos a terminar con un muy bonito 01, así que arréglalo.

-No eres nadie para darme órdenes. La que ha hecho todo el trabajo he sido yo porque tú no haces más que holgazanear y decir puras estupideces sin sentido.

Liam parecía atónito por las palabras de Christa, de verdad que era una perra loca cuando quería, aunque en verdad se veía mucho más normal en los pasillos, sobre todo porque era plana y enana como un duende.

Él estuvo a punto de replicar algo más pero el Sr. Jones los interrumpió.

-Creo que si están hablando tan animadamente es porque ya han terminado de hacer el taller, ¿no es cierto? Así que yo voy a retirar esto de aquí.- anunció y sin más, se llevó todo el trabajo de ambos a medio terminar.

Christa y Liam todavía no podían quitar de su rostro la expresión de horrorizada sorpresa una vez que el profesor se fue de vuelta a su escritorio y se quedaron callados por Dios sabe cuánto tiempo, imaginando miles de diferentes formas de asesinar al otro. Tal vez podría cortarle la cabeza con un hacha y luego tirar su cuerpo al río, pensó Christa. Sería bueno sacarle las amígdalas con un puñal... pero con cariño porque es una chica, susurró Señor Macabro, el cual vivía en la cabeza de Liam y sólo despertada cuando en verdad tenía deseos de asesinar a alguien.

64 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora