Prólogo

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— ¡Alisson ya es tarde, el viejo gruñón nos cerrara la puerta en la cara si no llegamos ya!— Mire con estrés a  Carlene que corría como si tuviera un turbo cohete en él culo.

Yo a penas corro medio kilómetro y ya estoy en el suelo suplicando que me lleven.

La vibración de mi teléfono en mi bolsillo hizo mi paso mas lento para poder sacarlo, y me hizo detener por completo cuando vi quien llamaba.

La patrona

— ¿Madre?—  Pregunte al contesta y las chicas se detuvieron a verme, me miraron exasperadas y les hice una seña para que se fueran y eso hicieron, se fueron y me dejaron.

Perras debieron esperarme ¿Que paso con el dicho de Si cae una caemos todas?

— ¡Hija! Perdón por interrumpirte se que debes de estar ocupada pero acaba de pasar algo muy..—  La interrumpí con curiosidad. —¿Paso algo malo?—  Escuche algo de fondo o mejor dicho a alguien —¡No! No es nada malo, solo es raro. 

Mire la hora en mi reloj con desesperación ¿Ya para que preocuparme? Ya es tarde y lo mas probable es que no me deje entrar a clases, tal vez las perras que me dejaron estén afuera porque dudo que hayan entrado.

— ¿Y que es? Mamá estoy entrando tarde a una clase ¿Que pasa?— Empecé a mover mis pies ansiosa.

— Hay un chico en nuestra entrada preguntando por ti.— Dijo en un susurro.

¿Qué?

—  ¿Qué?— Escuche un suspiro de su parte. —¡Que hay un...— La interrumpí rápidamente. —¡Escuche lo que dijiste! Solo que...¿Un chico? ¿Desde cuando es eso posible?

Tal vez solo se confundió y es el nuevo cartero preguntando por mi para darme algo que me haya enviado mi padre.

—No lo se hija pero...  — Hizo una pausa —Es malditamente sexy.— Soltó en susurro.

Okay definitivamente no es el  nuevo cartero... ¿Dijo malditamente sexy?

—¿Mamá...?— Dije frunciendo las cejas aunque se que no me podía ver obviamente.

— ¿Que? Es la verdad, pero eso no es lo importante, se llama Owen ¿Lo conoces?

¿Owen? ¿Ese quién es?

— Madre no recuerdo haber entablado una conversación con algún Owen, en realidad ese nombre no me suena a nadie, bueno sí,  hable con uno en el supermercado pero el señor de las verduras no era exactamente sexy mamá. —  Escuche como soltó una risa.

— ¿Entonces que hago con él?

¿No es obvio mujer?

  — Muy fácil, solo dile que tu hija no tiene idea de quién diablos es, así que puede que seas un violador, un gusto, gracias por la visita, que pase buena tarde y en la casa de la esquina hay una chica que esta mil veces mejor, secuestrala a ella. — Dije rápidamente.

  Muy sencillo de decir, no se cual es su complicación.

Escuche un quejido de su parte y ya sabía lo que se venía...

—¡Pero es guapo hija! Aún así le dejaré pasar.— Me pasé la mano por la cara frustrada y dije. —¡Mamá! Ese puede ser un violador o un secuestrador ¿Y tu lo dejaras pasar solo porqué es guapo? Además ¿Para que me llamas preguntando sí al final lo ibas a dejar pasar? — Solté todo exasperada.

El chico que me espera por las tardesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora