La noche pasada fue de llanto y pensamientos dirigidos a ningún fin. El encontronazo con la realidad ha sido tan impactante que aun bajo el chorro de agua me sentía cohibida. Mamá se despide de mí con un dulce beso en la frente y una muestra de afecto igual hacia el pequeño Day. Aunque ya no es tan pequeño. Dentro de pocos meses cumplirá un año. Su crecimiento me aterra pues la infancia es la etapa en la que los niños son simplemente niños. Harry hace una marca en la columna con el lápiz para marcar su estatura actual.
−Wow, tres centímetros más que ayer, machote− dice divertido.
Daylon aplaude y nos muestra a ambos una sonrisa sin dientes.
−¿No es alarmante que crezca tan rápido?− inquiere.
Dibujo con el dedo la silueta circular de la taza de café a medio terminar. Daylon gatea hacia su oso de peluche. Se las maquina para hacer que parezca un bebé y acunarlo.
−Los niños crecen de un día para otro, Harry, es el ciclo de la vida.
−Lo sé, lo sé. Cada mañana mientras me afeito me pregunto cuando llegará el día en el que tenga que enseñarle a hacerlo.
Observo con detenimiento a mi hermano pequeño. Sus ojos se han detenido en los del peluche. Al principio no le doy importancia a lo que hace, hasta que me percato en que lo mira como si se tratara de un humano y no de un objeto.
−¿Qué te parece la idea?
La voz de Harry entra en mis oídos cuando despego la atención de Daylon.
−¿Qué?
−Decía que tengo que ir a trabajar y no puedo quedarme con Day, hoy es el día libre de la niñera y me preguntaba si podrías encargarte de él. Solo será por unas horas, hasta que Helena o yo volvamos.
−Ve tranquilo, Harry, cuidaré de él.
Me levanto de la mesa para alzar a mi hermano por los brazos y acomodarlo en la cintura. Sus pequeñas manos juguetean con mis rizos.
−¿Quieres que vayamos al parque, Day?
Sonríe y asiente con entusiasmo. Todavía no habla, pero entiende lo que le decimos perfectamente.
Harry termina de recoger la mesa y prepararse para el trabajo. Nos contempla con ternura en silencio.
−Me voy ya. Sed buenos.
−Harry, ¿por qué no os tomáis mamá y tú unas vacaciones? Trabajáis sin descanso durante la semana.
−Necesitamos el dinero para salir adelante. Tenemos muchos gastos en estos momentos, la hipoteca, la luz, el agua, pañales, ropa para Daylon, tus estudios. Aunque quisiéramos no podríamos permitírnoslo.
Frunzo los labios decepcionada. Harry se vuelve a despedir de ambos y tras esto se marcha cerrando la puerta.
Las pequeñas piernas de mi hermano lo conducen hasta la escalera de la casita del parque. Espera con impaciencia a que los demás niños suban para hacerlo él. Es bondadoso y muy inteligente. La luz del sol incide en su angelical rostro aniñado. Me despisto un momento para leer un mensaje de Matt:
"¿Quedamos hoy? Necesito una noche completamente humana, por favor".
Le contesto con un emoticono y de paso compruebo la última conexión de Damien, además de mi buzón de voz para comprobar que no tengo llamadas perdidas. Desde nuestra discusión no hemos vuelto a hablar. Este distanciamiento me preocupa. Habíamos logrado forjar un buen lazo de unión. Por fin aparcamos nuestras diferencias y olvidamos la gran característica que nos diferencia. Me pregunto si él se parará a pensar en mí como yo lo hago, si me añorará como yo lo añoro y si tendrá esperanzas en que esto se arregle. Quería recuperar a Heiden, pero por nada del mundo habría querido perderle a él.
Cuando vuelvo a la realidad todos los músculos de mi vientre se contraen al no aparecer Day en mi campo visual. Repaso toda la zona del parque con los ojos. Miro detrás de cada papelera, pero no se encuentra por ninguna parte. Comienzo a preocuparme en serio cuando me abro paso entre dos inmensos árboles de copa frondosa y crecida. Daylon se encuentra terriblemente dolido por la muerte del cuervo que yace tumbado en la hierba frente a él.
Dispuesta a sacarlo de ahí, me quedo paralizada al descubrir algo con mis propios ojos. El animal cobra vida nuevamente cuando se vierte en su pico una gota de sangre del dedo de mi hermano. Estira sus alas y echa a volar dejándonos a mi hermano y a mí a solas. Vencida ante esta visión me dejo caer y clavo las rodillas en el suelo.
Solo he visto a un ser devolver a la vida a otro ser: un ángel. Daylon acaba de resucitar a un pájaro muerto, lo he visto con mis propios ojos.
−Day, ven aquí.
Por su propia voluntad y sin ayuda se levanta y camina lentamente hasta mí. No estoy segura de que estemos completamente a solas. Desde que salimos de casa tengo la sensación de que alguien nos ha estado siguiendo. El objetivo del mundo sobrenatural soy yo, pero las cosas podrían ponerse feas si descubren que mi hermano pequeño podría ser un ángel. Tomo a Day entre mis brazos y lo pego a mi pecho para extender el escudo de protección hacia él.
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Descenso: Ciudad de los muertos
FantasyLa huida de Gabriel supone un alivio para Allison, quien cree que este es el final, pero no es más que un principio que comienza con la intervención de los arcángeles y la llegada de un Nefilim que busca algo más que venganza.